Tener un hijo es una decisión que requiere compromiso, fuerza de voluntad, paciencia, esfuerzo y energía. Tener ocho multiplica y potencia esas necesidades. Y perder de un día al otro al principal apoyo que tenías para hacerlo debe ser una experiencia sumamente dolorosa y difícil. Eso fue lo que le pasó a Cloe Green.
Cloe es una mamá de Gales del Norte, en Reino Unido, que hasta diciembre del año pasado llamaba la atención y era admirada por su increíble energía y cariño para cuidar de sus ocho hijos.
Lexi, de 9 años; Levi, de 6; Oliver, de 5; Megan, de 4; Miley, de 3; Lacey, de 2; Lexi, de 20 meses; y Elijah de 11 meses eran las estrellas en la vida de Cloe y su esposo James, de 31 años. A pesar de eso, no alcanzaron a sacar una foto en que se vea a los 10 juntos.
James y Cloe se conocieron cuando eran adolescentes y rápidamente iniciaron una relación. A los 17 años Cloe quedó embarazada de su primer retoño: Lexi.
“Fue un shock porque éramos muy jóvenes, pero James lo tomó muy bien. Sonrió y dijo que siempre había querido ser padre”.
-Cloe Green, al Daily Mail-
Nueve años después, y con siete hijos más, James tuvo un súbito problema de salud y perdió la vida.
Ocurrió una noche de diciembre. Se había acostado como cualquier jornada, pero en medio de la noche despertó sin poder respirar.
Cloe llamó a emergencias y siguió las instrucciones de los paramédicos, pero no pudo salvar a su esposo, que murió a causa de una condición cardíaca.
“Sentí mis rodillas débiles y cómo las lágrimas corrían por mi cara. Decirle a los niños que su papá había muerto fue lo más difícil que he tratado de hacer”.
-Cloe-
El mundo se vino abajo para la joven madre, que tiene solo 27 años y recuerda con enorme cariño a su esposo y cómo decidieron tener una gran familia.
“Nadie podrá reemplazar a James. Amaba mucho ser papá. Estoy devastada porque ya no está con nosotros, pero feliz de que haya obtenido su deseo de tener nuestro octavo bebé”.
-Cloe Green-
Cuando nació Miley, que hoy tiene tres años, decidieron no seguir teniendo hijos porque ella requería cuidados especiales. Sin embargo, el método anticonceptivo recomendado por el doctor no funcionó y Cloe quedó nuevamente embarazada.
Sus tres hijos menores padecen parálisis cerebral, por lo que James trabajaba horas extra en un café para poder sustentar a la familia.
“Mientras yo era mamá a tiempo completo, James trabajaba duro en un café, ocupando cada hora posible para poder sostenernos”.
-Cloe Green-
Ahora Cloe deberá ingeniárselas para ser madre y padre a la vez, una situación que enfrenta con motivación y cariño.
“Transformarme en la única responsable de ocho niños tan joven -cuando algunos de mis amigos todavía están de fiesta y ni siquiera piensan en estabilizarse- es desafiante”.
-Cloe Green-
Cloe incluso está reuniendo dinero para terminar un jardín que James inició para los niños, y dice estar lista para entregar todo el cariño que pueda a sus pequeños.
Source: UPSOCL