¿Hay algo más adorable que un cachorro? Sí…ver a un cachorro caerse. Es que sus cuerpecitos gordos, ese pelaje nuevo, esas patitas descoordinadas, su dulce inocencia e impactante perseverancia son los mejores remedios para un mal día o un momento amargo. No hay nadie que no sonría viendo a estos pequeñitos hacer una mala maniobra. Pero tranquilos, a pesar de ser muy adorables como los bebés humanos, son aún más elásticos…y mientras sean caídas sin menor importancia, todo está bien.
Este cachorro Bassethound me ha hecho el día…y la semana. El pequeñito estaba desesperado por subir al sofá, ya que claramente aprendió que es un lugar cómodo y calentito para hacer la siesta. Su amo filmó todo el momento y es demasiado épico para ser cierto.
Se va de un lado a otro buscando el espacio más bajo para que le sea más fácil subir, ya que sus patitas cortitas no le permite saltar mucho. Cuando encuentra el lugar, se envalentona y salta, pero una mala maniobra lo termina botando de espaldas.
Además de su adorable reacción, es muy enternecedor cómo viene su madre rápidamente a cobijarlo y a revisar si estaba bien. El instinto y preocupación de una madre con sus cachorros siempre es sorprendente, no importa si es humana o de cuatro patitas peludas.
Pero lo importante no es cuántas veces te caigas, sino cuántas veces eres capaz de levantarte e intentar nuevamente. Así quiso demostrarlo este adorable Corgi cachorro. No se dejará vencer por un sofá, ni tampoco se dejará intimidar al caer. ¡La reacción de su rostro es épica!
Pero también hay algunos más flojos que caen mientras duermen. Y su sueño es tan profundo como el de un bebé, que son capaces de seguir durmiendo aunque estén a punto de pegarse una gran caída. Solo a mitad de camino, este cachorro Bulldog Francés reacciona y sos ojos de susto son tiernamente divertidos. Menos mal cayó en zona blanda.
Y si has tenido alguna vez un cachorro en casa, sabes que uno de sus máximos desafíos es aprender a lidiar con las escaleras. Lo más adorable es cuando aún no las tienen dominadas, pero no se dejan intimidar por un par de desniveles en el suelo. ¡Este pequeño solo quiere jugar!
Realmente no, no nos merecemos a estos ángeles de cola peluda. Dios es muy generoso…
Source: UPSOCL