Jale Soydan recibió ocho disparos de su exesposo a pesar de estar bajo protección estatal. Ahora la corte desechó su demanda, porque no pudo pedir ayuda mientras la amenazaban.
Una corte turca rechazó una acusación de violencia doméstica, porque la mujer no llamó a la policía mientras le apuntaban con una pistola.
A pesar de estar protegida bajo leyes estatales, la abogado Jale Soydan recibió ocho disparos por parte de su exesposo en la ciudad turca de İzmir. A pesar de las devastadoras heridas, la mujer de 54 años sobrevivió y, luego de un proceso de rehabilitación lento, ya puede volver a caminar. Su exesposo, Salih Kapıdere, fue sentenciado a 17 años y seis meses en prisión por intento de homicidio.
Debido que ella se encontraba bajo protección estatal al momento del ataque, Soydan demandó al Ministerio Interior y al Ministerio de Políticas Sociales y Familiares de Turquía por USD 53,000. Pero Hurriyet Daily News informa que la Quinta Corte Administrativa de Izmir rechazó la demanda de Soydan. La corte argumentó que Soydan incumplió las obligaciones de su orden de protección al no haber llamado a la policía cuando su esposo la amenazó, a pesar de que el hombre portaba un arma.
“Mi exmarido me amenazó varias veces, intentó quemarme. ¿Cómo podría haber llamado a la policía si mi exesposo estaba amenazándome con una pistola en la mano?”, dijo Soydan luego de la decisión. “¿Qué podría haber hecho llena de pánico? Intenté persuadirlo, pero me disparó. ¿Cómo es que incumplí? No puedo entenderlo. Seguiré peleando por mis derechos hasta el final”.
A pesar de que las leyes contra la violencia doméstica de Turquía son relativamente fuertes, el país sigue sufriendo de altas tasas de abuso. Una encuesta de la ONU realizada en 2015 descubrió que el 15.5 por ciento de las mujeres casadas han sufrido violencia severa a manos de su compañero, lo cual el reporte clasificó como ser golpeada, ahorcada, quemada o amenazada con cuchillo o pistola o atacada con cuchillo o pistola. El 33 por ciento de las mujeres informaron que sus esposos o compañeros íntimos las han cacheteado o arrojado un objeto por lo menos una vez en sus vidas.
“Pese a ser el primer país en firmar la Convención de Combate a la Violencia contra las Mujeres hace cinco años, la implementación de Turquía sigue siendo defectuosa”, explica Milena Buyum de Amnistía Internacional. “En 2018, los reportes de violencia contra las mujeres siguen aumentando, variando desde la violencia verbal y psicológica, a golpizas, violencia sexual y asesinatos”.
El caso de Soydan —si bien extremo en el nivel de violencia usada— es común. “Resulta inquietante que hoy en Turquía la violencia contra las mujeres sea ampliamente tolerada y que el apoyo y la protección para los sobrevivientes sea insuficiente”, continúa Buyum. “La cultura de la impunidad en el país sigue liberando a demasiados atacantes”.
Publicado originalmente en VICE.com
Source: Infobae