Este Día Internacional de la Cerveza 2020, celebra como se debe a esta famosa bebida.
Luis Antonio Monzón Laurencio, académico de la UACM, autor de múltiples libros y experto en cerveza afirma que existen una serie de mitos alrededor de esta bebida, los cuales se han arraigado en la sociedad y han dirigido la forma de consumo.
Mito 1: “El color no importa”
De acuerdo con el experto, el color de una cerveza no es importante, ya que no determina ni el sabor, ni la cantidad de alcohol que hay en ellas.
“El color no dice nada sobre la bebida, estamos acostumbrados a decir ‘me gusta más la oscura o me gusta más la clara’, pero clara y oscura son colores, el color no determina ni la cantidad de alcohol, ni qué tan fuerte sabe una cerveza”.
“Incluso hay claras que saben muy fuerte y que contienen mucho alcohol y también hay cervezas oscuras que prácticamente no saben a nada, y contienen cero alcohol”, añade.
Mito 2: “¿Con o sin espuma?”
El especialista indica que la cerveza debe servirse con espuma porque ésta ayuda a proteger el sabor de la bebida, pues “si un vaso de cerveza no tiene al menos dos centímetros de espuma el aroma se evapora”.
Mito 3 “¿Vaso o botella?”
“Jamás se bebe cerveza directo de la botella porque no permitimos que el aroma pueda ser percibido”, señala Monzón, y agrega que “el vaso es importante si lo que se busca es disfrutar el sabor de esta bebida”.
“Cuando comemos o bebemos algo solamente percibimos cuatro sabores, el resto es el aroma, un mal vaso puede hacer que no percibamos el aroma completo de la cerveza”.
Luis Antonio Monzón Laurencio, experto en cervezas.
Mito 4: “La cerveza se quema”
“No, no se quema, se descompone“.
El académico afirma que una cerveza puede enfriarse y calentarse las veces que sea necesario sin afectar su sabor.
El Sol sí puede hacer que se descomponga, de ahí que las cervezas de lata y de barril sepan mejor, pues nunca les afectarán los rayos del Sol.
Mito 5: “La chela se sirve fría”
Luis Monzón menciona que es totalmente falso que una chela deba beberse fría o congelada.
Existen algunas cervezas como las inglesas que se beben a 12 °C.
El motivo por el cual se sirve fría es porque de esa forma se trata de disimular el mal sabor de una cerveza, puesto que se entume la lengua y el paladar.
“Cuando una cerveza es de mala calidad normalmente la sirven muy fría para que no podamos sentir su sabor; si queremos saber a qué sabe una, lo mejor es dejar que se caliente a los cinco o 10 grados, que es cuando muestran mejor su sabor y su aroma”.