El paleontólogo Matthew Lamanna todavía puede recordar el día, en 2014, cuando un compañero, Hesham Sallam, le envió un correo electrónico con imágenes detalladas de los fósiles que acababa de desenterrar su equipo en Egipto.
A partir de una foto, que representa los restos de un gran hueso de la mandíbula inferior, Lamanna supo de inmediato que Sallam había encontrado un dinosaurio.
“Mi mandíbula casi golpea, literalmente, el piso cuando lo vi”, dijo a The Washington Post Lamanna, el principal investigador de dinosaurios en el Museo Carnegie de Historia Natural. “Cuando observas huesos de dinosaurio durante gran parte de tu vida, aprendes a reconocer partes de huesos de estos animales de manera instantánea”.
Pero esto no sería solo un dinosaurio. Sallam y su equipo en la Universidad de Mansoura (Egipto) descubrieron una nueva especie del Período Cretácico tardío, de hace entre 66 y 100 millones de años, una época que, a veces, se conoce como el final de la “Era de los dinosaurios”.
Incluso casi cuatro años después del descubrimiento, el vértigo en la voz de Lamanna es evidente al hablar acerca de la importancia de las imágenes iniciales (De hecho, su emoción fue tan palpable que luego le pidieron que se uniera al equipo). El dinosaurio recién descubierto, formalmente llamado Mansourasaurus shahinae, era parte del grupo de saurópodos de Titanosauria, comedores de plantas de cuello largo que incluyen “algunos de los animales más grandes conocidos por la ciencia”, según el Museo Carnegie de Historia Natural, que anunció recientemente el hallazgo.
El Mansourasaurus tendría aproximadamente la longitud de un autobús escolar y pesaba casi lo mismo que un elefante africano, con placas óseas incrustadas a lo largo de su espalda.
Pero lo más importante es que los fósiles de dinosaurios del “Cretácico superior” en África habían eludido a los paleontólogos durante mucho tiempo, en parte porque la vegetación cubre gran parte de la tierra donde podrían encontrarse, según cuenta el museo. Este esqueleto, sin embargo, en última instancia, estaría sorprendentemente completo, incluyendo el cráneo, la mandíbula inferior, el cuello, la espalda, las costillas, la mayor parte del hombro y la extremidad anterior, parte del pie trasero y pedazos de placas dérmicas.
“Estas cosas evolucionaron hace 220 millones de años y se extinguieron hace 66 millones de años“, remarca Lamanna.
Hizo una pausa.
“Fue, y realmente no exagero, como ver el Santo Grial de los dinosaurios”, subraya.
El equipo de investigación publicó sus hallazgos sobre el Mansourasaurus shahinae en la revista Nature Ecology and Evolution.
Los científicos dijeron que los fósiles ayudarán a llenar importantes lagunas sobre cómo evolucionaron los dinosaurios en África.
“África sigue siendo un signo de interrogación gigante en términos de animales que habitaron la Tierra al final de la era de los dinosaurios“, dijo en un comunicado Eric Gorscak, científico investigador postdoctoral en el Field Museum. “El Mansourasaurus nos ayuda a abordar cuestiones de larga data sobre el registro fósil y la paleobiología de África: ¿qué animales vivían allí y con qué otras especies se relacionaban más estrechamente estos animales?”, añadía.
Resulta que, agregó Gorscak, el análisis de los fósiles del Mansourasaurus ha revelado que esta especie estaba más relacionado con los dinosaurios de Europa y Asia que con los del sur de África o Sudamérica.
“Los últimos dinosaurios de África no estaban completamente aislados, contrariamente a lo que algunos han propuesto en el pasado. Todavía había conexiones con Europa“, señala Gorscak. Pero admitió que había mucho más por descubrir a partir de los fósiles del Mansourasaurus.
El nombre científico Mansourasaurus shahinae no solo es un guiño a la Universidad de Mansoura, sino también a Mona Shahin, quien ayudó a desarrollar la iniciativa de paleontología vertebrada de la escuela. Los fósiles del Mansourasaurus se han trasladado a la colección de la universidad, a unos 120 kilómetros al norte de El Cairo, y permanecerán allí para ser estudiados. Lamanna también espera que el hallazgo sea una bendición para la paleontología en África, donde la investigación de campo se ha retrasado en comparación con la de América del Norte, Europa y Asia.
“No es porque los continentes del hemisferio sur tengan menos dinosaurios o dinosaurios menos interesantes”, señala Lamanna. “Es simplemente por el hecho de que la paleontología se ha desarrollado durante más tiempo en Europa y América“.
Sallam, quién dirigió la expedición Mansourasaurus, estuvo de acuerdo en esa afirmación.
“Lo emocionante es que nuestro equipo recién está comenzando. Ahora que tenemos un grupo de paleontólogos de vertebrados bien entrenados aquí en Egipto, con fácil acceso a sitios fósiles importantes, esperamos que el ritmo del descubrimiento se acelere en los años venideros”, apostilló.
Source: Infobae