CIUDAD DE MÉXICO.
Carlos Fuentes (1928-2012) está más vivo que nunca, afirma, sin dudar, el poeta y ensayista Vicente Quirarte. “Conversa continuamente con nosotros, nos sigue enseñando, nos sigue guiando e iluminando en este México que tanto amó, que tanto padeció y que con tanta energía y lucidez pensó”.
El doctor en Literatura Mexicana por la UNAM destaca, en entrevista, la vigencia y la visión crítica del narrador mexicano que hoy cumpliría 90 años. “La labor del escritor es de crítica. Un buen escritor siempre es la mala conciencia de su tiempo. Y él manifestó su inconformidad ante el orden imperante”.
Dice que le asombra la actualidad de muchos de los temas que abordó en sus conferencias sobre educación, sociedad, democracia, literatura y cultura; textos que se reunirán en varios volúmenes, el primero de los cuales, Conferencias políticas (FCE), se publicó recientemente.
Una conferencia tiene como objeto ser más didáctica. Sin embargo, cuando uno lee las suyas encuentra la llama del escritor, el hallazgo del creador, del hacedor, y esto es inevitable en un gran escritor como Fuentes. En él, el pensamiento va aliado al buen decir, a la manera de concebir en pocas palabras una gran idea. En eso radica su grandeza”, agrega Quirarte.
El estudioso del Instituto de Investigaciones Bibliográficas de la UNAM participará el mediodía de hoy, junto con el escritor Gonzalo Celorio y la investigadora Georgina García Gutiérrez, en el homenaje al autor de La región más transparente (1958) en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.
Reflexionaré sobre la vigencia de sus ideas, pero también sobre su literatura fantástica, una parte de su obra que me parece muy atractiva. Él la practicó desde su primer libro, Los días enmascarados, de 1954, hasta Inquieta compañía, los cuentos donde recupera esos territorios de la fantasía”, añade.
Quirarte también llama la atención sobre la necesidad de estudiar más la obra dramática de Fuentes, autor de las piezas Todos los gatos son pardos y El tuerto es rey (1970), Orquídeas a la luz de la luna. Comedia mexicana (1982) y Ceremonias del alba (1991), reescritura hecha por Fuentes de Todos los gatos…, en la que introdujo nuevos personajes y situaciones.
Es un experimento que fue más allá de un simple capricho. Él quiso buscar siempre la esencia mexicana en cada una de sus obras”, indica quien además presentará este martes 13, en El Colegio Nacional, el volumen Conferencias políticas.
Considerado uno de los escritores mexicanos más célebres, con una trayectoria reunida en cerca de 50 libros de cuentos, novelas, ensayos y teatro, el legado del autor de Aura es inmenso y aún conserva sorpresas, señala por su parte el investigador Julio Ortega.
Su obra es instrumental en abrir y sostener la plaza pública, la esfera de la comunicación. Allí donde se decide el devenir del entendimiento crítico que nos hace modernos. Cada libro suyo abre puertas al campo, ventanas al horizonte y nuevos espacios a la visión moderna de México”, asegura.
El catedrático de la Universidad de Brown ratifica la vigencia de la propuesta literaria del mexicano y está convencido de que hay Fuentes para rato. “La geografía de su obra es una ciudad latinoamericana donde recuperamos el valor del otro, de la comunidad crítica. Alienta en su obra un ventarrón utópico, pleno de esperanza en la lectura, en nosotros”.
“SE FUE VIVO”
La periodista Silvia Lemus, quien fue esposa del Premio Cervantes 1987 durante 40 años, de 1972 al 2012, lo recuerda lúcido, activo y lleno de vida. “Tenía 83 años y se veía muy guapo. Dio su última conferencia en la Feria del Libro de Buenos Aires y en dos semanas se nos fue. Se fue vivo, no había enfermedades, fue algo inesperado; pero así es el destino. Se fue sin haber estado enfermo, sin pasar por hospitales, guapísimo, inteligente. Gran señor”.
La viuda de Fuentes considera que su marido sigue aún vigente en la literatura y en el pensamiento político. “Se le extraña mucho, por todo lo que él aportaba: sus ideas democráticas y su análisis social”.
Y adelanta que aún están pendientes de publicar las conferencias que el autor de La muerte de Artemio Cruz (1962) impartió sobre temas literarios y culturales, y descarta que aún haya algún texto de ficción inédito.
La correspondencia del también diplomático es una veta aún por explorar. Por ejemplo, el sello paraestatal Fondo de Cultura Económica, que publicó sus obras más representativas, conserva en su Archivo Histórico las misivas que Fuentes sostuvo durante casi cuatro décadas con sus editores.
Resguardados en tres legajos, unos 127 documentos, entre cartas, telegramas, contratos, informes de trabajo, recibos, notificaciones de pago de regalías y hasta correcciones de sus textos, fechados entre 1961 y 1998, dan cuenta de la intensa relación que sostuvo el novelista con directores y gerentes como Arnaldo Orfila, Joaquín Díez-Canedo, Salvador Azuela, José Luis Martínez, Jaime García Terrés, Adolfo Castañón y Jorge Ruiz Dueñas, entre otros.
El FCE reunirá en 13 volúmenes su obra selecta, como parte de la Serie Carlos Fuentes; editorial Era reeditará su clásico ensayo sobre 1968 y Alfaguara, su sello de cabecera, promoverá de manera especial su novela La región más transparente, en el marco de los 60 años de su primera publicación.
Source: Excelsior