La mexicana llegó al país asiático en 2006 tras la compra de una compañía local; actualmente suma 11 plantas de fabricación de pan en territorio chino.
La empresa del osito panadero Bimbo, se ubica como la segunda mayor productora en ese país a poco más de 13 años de su llegada.
La mexicana entró al mercado chino a mediados de 2006, luego de la compra por 9.2 millones de euros de Panrico, una panificadora de Beijing, y demoró 8 meses en integrar sus operaciones.
“Prácticamente recibimos la compañía de mano de los anteriores propietarios. Se da un proceso de integración, que es parte fundamental cuando ingresas a otro país. Al proceso de integración tienen que dársele los tiempos”, explicó José Ricardo Martínez González, director comercial región central de la compañía mexicana.
En ese proceso se sumó al personal que ya pertenecía a Panrico a los procesos de Bimbo así como integrar a quienes fueron desde México. A su llegada, la planta de Beijing solo atendía a la capital china, y a las vecinas ciudades de Tianjin y Baoding, a 110 y 150 km de ahí.
No obstante, su objetivo fue expandir lo más posible su mercado hasta donde la frescura del producto pudiera preservarse.
“Pusimos un radio de 500 km y empezamos a tomar las ciudades a esa distancia de Beijing”, detalló durante su participación en un taller sobre ese mercado oriental en el marco del Día de China, celebrado en la Secretaría de Economía.
Su mercado alcanzaba casi a 25 millones de personas solamente al llegar a localidades aledañas de más de 2 millones de habitantes, proceso que abarcó hasta 2010.
Al inicio, Bimbo evaluó mantener la marca pero para su primer año se tomó la decisión de colocar al icónico osito en su producción asiática.
“Corrimos un riesgo de cambiar al año siguiente, en 2007, los logos de Panrico y le pusimos los logos de Bimbo. Era un riesgo porque podíamos haber cambiado al consumidor. Algo que nos ayuda, yo siempre digo que el osito Bimbo es mágico y cayó como anillo al dedo con nuestros consumidores chinos, los niños estaban encantados”, recordó.
No obstante, que se vendan bajo la misma marca, se trata de productos diferenciados, pues, dijo el director comercial, los chinos lo prefieren salado, cosa que aprendieron sobre la marcha.