SALUD. A más de siete décadas de haberse instalado el Sistema de Salud de México se continúan realizando esfuerzos para mejorar los servicios que éste proporciona, lograr una mayor efectividad con calidad y calidez.

El Programa Sectorial de Salud (Prosesa) 2013-2018 plantea como visión para México un Sistema Nacional de Salud universal, equitativo, sustentable, con particular enfoque en los grupos de la población que viven en condiciones de vulnerabilidad, a través del fortalecimiento de la rectoría de la autoridad sanitaria y de la intersectorialidad, de la consolidación de la protección, la promoción de la salud y prevención de enfermedades, así como la prestación de servicios plurales y articulados basados en la atención primaria, de la generación y gestión de recursos adecuados y de la evaluación e investigación científica, fomentando la participación de la sociedad con responsabilidad.

El mismo programa sectorial establece como segundo objetivo prioritario el asegurar el acceso efectivo a servicios de calidad, reconociendo también entre las prioridades la de mejorar la atención primaria. Estos esfuerzos plasmados en Prosesa concuerdan con los esfuerzos internacionales. Richard Norto menciona que la tercera revolución en la salud global, después de las relacionadas con la medición y con la rendición de cuentas, es la que urge en lo que se refiere a la calidad de la atención.

Es preciso enfocarse en ésta para moverse hacia el objetivo en el que el mundo se puso de acuerdo en 1946, el cual quedó plasmado en la Constitución de la Organización Mundial de la Salud: alcanzar para toda la población el mismo nivel posible de salud. La magnitud del reto de la calidad de la atención en el caso de México puede explorarse a partir de los resultados de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2012.

Os recuerdo que en ésta se documentó que para la diabetes y la hipertensión —las dos condiciones de salud que representan los mayores retos en este ámbito para los adultos mexicanos—, un porcentaje muy importante de personas ya diagnosticadas no mostró evidencia de estar bajo control.

Esto es, únicamente 25% de las personas con diabetes y 50% de los hipertensos presentaron indicadores biológicos compatibles en un adecuado control. Ciertamente, este control es el resultado de la interacción entre el individuo y el Sistema de Salud, pero refleja un reto importante para este último.

Os agrego que se pueden considerar los resultados sobre satisfacción de los usuarios de los servicios, que si bien tienden a presentar indicadores elevados sobre la misma, en aspectos objetivos, como tiempos de espera y surtimiento de medicamentos de forma consistente, señalan brechas importantes entre lo establecido y lo real.

TRES APOSTILLAS. Debido a la expectativa de ser el primer punto de contacto para la atención, los servicios de primer nivel resultan particularmente relevantes para la respuesta del sector salud. En éstos se han identificado deficiencias importantes, incluso en el equipamiento disponible y número y formación del personal que los atiende. Diversos estudios se han desarrollado en el país para generar, justamente, evidencia de los retos que enfrentan los servicios de primer nivel de atención en lo que se refiere a la calidad de ésta. Desde la Secretaría de Salud se han documentado en particular las condiciones de los servicios del primer nivel de atención que operan las secretarías de Salud estatales en el país. Éstos representan el mayor número de establecimientos en ese nivel, en particular porque incluyen los centros de salud rurales dispersos, que atienden a la población más vulnerable del país.

SALUD Y SALUDOS.