CIUDAD DE MÉXICO.
Durante la novena edición del Corona Capital más de 20 bandas hicieron una gran fiesta musical en la que el público no dejó de disfrutar las propuestas que este año se hicieron presentes.
Más de 80 mil personas abarrotaron la curva cuatro del Autódromo Hermanos Rodríguez donde bandas como Yungblud, Sparks – inspirada en The Who-, y Jenny Lewis fueron las encargadas de arrancar la primera jornada del festival.
Un par de minutos antes de las ocho y media de la noche la banda originaria de Brighton, Inglaterra, The Kooks, llegó al Corona Capital para hacer sonreír y bailar a sus fans, quienes abarrotaron el espacio frente al escenario.
No hubo problemas. Los migrantes centroamericanos que se encontraban a dos kilómetros del festival, se mantuvieron alejados dentro de su campamento.
Kids, Eddie’s Gun y Bad Habit fueron las encargadas de encender la velada en la que el público asistente acompañó cantando a Luke Pritchard, Hugh Harris, Peter Denton, Dan Logan y Paul Garred quienes no escatimaron en energía.
“Son increíbles”, lanzó Luke al ritmo de las notas de She Moves in Her Own Way y All the Time, mientras sus seguidores alzaban los teléfonos para inmortalizar el momento en que los británicos pusieron a todos a saltar.
Four Leaf Clover y Don’t You Leave Me fueron solo algunas canciones que The Kooks interpretaron durante su intervención de 60 minutos en el festival Corona Capital de esta año.
Muchas gracias señoritas y señores”, dijo Dan en español, antes de dar pie a Ooh La.
Largas filas para adquirir o recargar la pulsera para poder comprar alimentos y bebidas no fue impedimento para que los asistentes al Corona Capital disfrutaran de sus bandas favoritas.
Se montaron diversas atracciones, como la rueda de la fortuna, para disfrutar la música desde las alturas.
Durante la tarde, la banda británica Bastille se apoderó del escenario Corona donde congregaron a sus más fieles seguidores para disfrutar de lo que tenían preparado para esta visita a México
Good Grief fue el tema con el que abrieron. Dan Smith, Kyle Simmons, Merle Allin, Chris Woody Wood y Charlie Barnes hicieron magia con Blame, Icarus y World Gone Wild en versión acústica, con lo que hicieron vibrar a la gente.
Dan decidió hacer un body surf entre sus seguidores que corearon rolas con These Streets, Warmth y Rhythm of the Night, original del grupo, lo cual hizo bailar y cantar a aquellos que rebasan lo 40 años.
Panic! At the Disco dejó de ser ese grupo que hace años traía delineador y sombreros de catrín. De hecho ya sólo prevalece Brendon Urie. El resto del grupo se ha ido. Aunque un poco apagada. Mucha vieja escuela esperaba canciones del primer disco. Pero, a cambio, tuvieron casi todo lo más nuevo, a excepción de Nine in the Afternoon, pero nada que apelara a la nostalgia. La gente se iba desesperando y comenzaban a abandonar el sitio, para formar una fila gigantesca en la rueda de la fortuna de Vans. Decepcionados, mejor se divertían en las alturas o armando cangureras, tomándose fotos o concursando por algún artículo.
Mientras Urie seguía clavado en su presente. Hasta que la actitud del público lo pidió. El cantante, de sexualidad controversial para los conservadores, ya por fin sacó de la chistera
I Write Sins No Tragedy.
Hasta los más alejados cantaron, porque era su tema propio, no Bohemian Rhapsody, de Queen, un cover que todo mundo sintió suyo, quizá por moda, debido a la película protagonizada por Rami Malek, pero fue la rola más aplaudida. Muchos años que no venían, así que se tuvieron que conformar con la discreción de la gente.
Jenny Lewis y The Jesus and Mary Chain.
Graciosos pasaban entre la gente con alarmas sísmicas; contrabandistas de cerveza más barata que la oficial y legal hacían su agosto.
The Jesus & The Marychain habían tomado el Doritos Bunker. Puro punk del viejo tiempo. Postpunk para los exquisitos. Y todo mundo esperando las canciones del Psychocandy, las cuales sí llegaron.
Just Like Honey y I Hate Rock’ N’ Roll sonaron en un frío y fresa festival que esperaba para cerrar la primer jornada a Lorde, The Chemical Brothers y Robbie Williams.
Source: Excelsior