El espíritu navideño llega aunque uno no lo hayan llamado. La ciudad cambia, los ánimos se aligeran y los más voluntariosos (y con más tiempo en sus manos) salen a expresar su felicidad de las maneras más creativas.
Una impresionante obra de arte bucólico navideño fue la que logró el granjero estadounidense Gene Hanson, quien no recurrió particularmente a renos para su inspiración navideña. No, Gene es un hombre simple, así que en lugar de salir a buscar animales con astas, recurrió a lo que más conocía. Da la casualidad que también era con lo que más contaba: vacas.
Preguntando por cómo logro tan impresionante tributo a Jesucristo, o más exactamente, cómo logro que las vacas se quedaran en su lugar, el granjero respondió que simplemente les colocó su comida en la forma deseada. Ellas hicieron por sí mismas el resto del trabajo.
Hanson pretende acompañar su cruz de vacas con una tradición familiar: vestir el rojo con blanco de Santa Claus, junto a su mujer, quien interpreta a la “Señora Claus”.
A pesar de su andar lento y personalidad… bueno, prácticamente inexistente, las vacas son mucho más inteligentes de lo que comúnmente se cree. Se ha señalado que incluso podrían llegar a ser tan hábiles como los pulpos, un animal que siempre ha sido considerado entre los más capaces.
Entre sus habilidades estaría la de generar relaciones personales hasta con 90 individuos, o incluso caer en algunas de las peores costumbres humanas: sus celos las llevarían a ratos a presentar actitudes que podrían fácilmente calificarse como bullying.
Desgraciadamente, Gene Hanson también se reconoció como un fanático de Trump, así que quizás el problema no sean las vacas.
Source: UPSOCL