El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, no tuvo el valor para recriminar de forma directa al presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, por el tiroteo ayer en Texas, antiguo estado mexicano por cierto.
Otro cobarde para hacer cambios importantes en Estados Unidos sobre el uso indiscriminado de armas es precisamente Donald J. Trump, quien mas allá de parecer un presidente que tome acciones, se dedica a enviar “sus bendiciones” a los cuerpos inertes de gente asesinada y sus familiares.
Mas al sur, en México, AMLO delega a su secretario de relaciones exteriores, Marcelo Ebrard, a que “tome acciones pertinentes”.
No hay a cual irle.