Convertirnos en nuestras madres debe ser uno de los temores más grandes de nuestras vidas (está sólo un paso más allá de ese donde un adolescente te dice “Señora”), no porque no amemos a nuestras progenitoras sino que simplemente debemos aceptar que ellas tenían la razón en todo y eso duele. Mucho.
Hay un período en el que lo niegas, tratar de ocultar lo que ya es un secreto a voces.
Sí te sientes identificado con esta lista, y sigues creyendo que no eres tu madre, te tengo noticias: lo eres.
1. Desearías ser Elsa para no sufrir tanto con el frío porque Dios, ahora entiendes porque tu madre siempre quería que te abrigaras
2. Las fiestas de los sábados incluyen al sofá, una manta y Netflix
3. Dejas de comprender del todo las nuevas tecnología que a esos jovencitos le gustan
O peor, no entiendes cómo funcionan las nuevas redes sociales.
4. Necesitar ordenar, no es que quieras, te desequilibra que las cosas estén desordenadas
Ahora entiendes porque tu mamá barría más de una vez al día, ordenaba tu ropa y sobre todo, necesitas hacer tu cama.
5. Los cócteles y el vino son mucho más atractivos de lo que pensaste que lo serían
Tomar en vasos rojos es molesto, la cerveza es rica pero un mejor trago siempre es bienvenido. Simplemente, ya no tienes la capacidad que tenías para soportar tanto alcohol.
6. Las plantas resultan mucho más interesantes que antes
Incluso, quizá, consigues que no se te mueran.
7. Cada noche te desmaquillas, sagradamente, cada noche
Antes no lo hacías, tampoco te preocupabas de limpiar tu piel y sobre todo, ahora no sales de la casa sin protección solar.
8. Antes podías salir con un pequeño bolsito, ahora necesitas una maleta cada vez que sales
Quizá no tanto, pero si necesitan un bolso lo suficientemente grande para llevar todas las cosas que -claramente no- necesitas en caso de que pase algo.
9. Cuando vas al supermercado te demoras mucho más en el pasillo de las frutas y verduras que antes
10. Solías disfrutar probarte mil prendas de ropas en el centro comercial
Ahora si llegas a tener ganas de ir al centro comercial y no comprar por Internet, eliges las prendas y las compras con la esperanza de que te queden bien y si no, bueno las devuelves y ya.
11. Ya puedes replicar esa mirada asesina de tu madre que te causaba escalofríos
Lo peor de todo, es que lo descubriste cuando algún niño estaba gritando en público, lo miraste con odio y se calló. Nada más efectivo, nada más deprimente.
12. El armario de tu madre es mucho más interesante de lo que recordabas
Antes nunca pensarías robarle algo de ropa, pero ahora todo luce muy vintage y a la moda.
13. ¿Recuerdas como antes te avergonzaba que tu madre reclamara? Ahora eres peor que ella
Si te dan un mal servicio, reclamas, obviamente. Y lo haces con más escándalo que tu madre.
14. Ahora entiendes por qué tu madre lloraba hasta con los comerciales tristes
Es como si con la edad una comenzara a perder control sobre las lagrimas, porque vaya que empiezan a salir prácticamente solas cada dos por tres.
15. Desde hace un tiempo, los invitados nunca se van de tu casa con hambre
Antes te estresaba que tu madre se preocupara tanto de los invitados, ahora hasta ordenas cuando alguien viene a la casa.
Felicitaciones, te has convertido en tu madre.
Source: UPSOCL