MEXICO.- Durante dos décadas, las prostitutas de la Ciudad de México han sido un vaivén de trabajo. Para evitar que la policías las persiga, las time, las abuse; que los clientes no las extorsionen; que los proxenetas no las exploten y las traten como esclavas sexuales. Así han llegado a una conclusión, dicen: todos los caminos llevan a la legalización del sexoservicio.
Sin el reconocimiento de esta actividad como un trabajo más, la trata de personas con fines de explotación sexual no va a terminar, concluye el Informe internacional Acciones contra la trata y defensa de derechos de trabajadoras sexuales de la organización civil Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer “Elisa Martínez” con apoyo del Secretariado Internacional de la Alianza Global Contra la Trata de Mujeres.
En la Ciudad de México logró frenarse parte de la corrupción gubernamental cuando se reconoció a las trabajadoras sexuales independientes como trabajadoras no asalariadas y en el estado de Coahuila, a partir de la sentencia 112/2013 del Poder Judicial de la Federación.
Anteriormente, la persecución por parte de las autoridades era el pan de todos los días y no siempre para hacer cumplir la ley.
En conferencia de prensa, Patricia Mérida, quien alquila su sexo desde los 17 años, recuerda que sus peores experiencias están relacionadas a las amenazas de policías para llevarla a la carcel. Entonces ella, para evitarlo, tenia que acceder a tener relaciones sexuales con ellos, contra su voluntad. Gratis.
“Eran de ocho a 10 hombres que se turnaban el mismo día para abusarme, sin protección. Mientras lo hacían me gritaban prostituta, puta, ¡para eso estás! Después me aventaban a la calle, a veces en ropa interior. Hicieron eso durante seis meses, hasta que los cambiaron de zona’’.
De acuerdo con cifras de Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), actualmente hay 800,000 trabajadoras sexuales en México, de las cuales, 200,000 son menores de 18 años; 200,000 son extorsionadas o son víctimas de de algún abuso por parte de la autoridad.
Y en medio de esta estadística oficial se encuentra una cifra oculta por estigmatización, por seguridad o porque son víctimas de trata.
Hasta ahora la CDMX y Coahuila son los únicos dos estados que han regularizado el oficio tras una lucha que dio sus primeros frutos con la eliminación del control sanitario de las trabajadoras sexuales en el año 2000.
Así se logró que ellas tengan pleno acceso a la salud como cualquier ciudadano, disminuyendo el contagio de VIH. De ahí siguió el derecho de formar un sindicato que les dio la resolución de una corte en 2014.
“El trabajo sexual el México y el mundo se criminaliza, persigue y no se regulariza’’, dijo “Chuss’’, presentadora de Alianza Global contra las mujeres. “Hay mujeres encarceladas, acusadas de ser tratantes de blancas o cómplices, cuando en realidad solo realizan su trabajo de sexoservidoras porque en otros trabajos ganan menos’’.