La madrugada del pasado 22 de julio, Tatiane , de 29 años, fue encontrada muerta en la acera frente al edificio en donde vivía con su esposo
Brasil.- Un hombre golpea y patea a su esposa en el estacionamiento de un edificio. Las escenas fueron captadas en video, por cámaras de seguridad. Ella trata de escapar, pero él la obliga a entrar al elevador y suben a su apartamento en el quinto piso.
Menos de veinte minutos después, él baja en el elevador y recoge en la acera el cuerpo ensangrentado y sin vida de ella.
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La grabación en blanco y negro de la noche del 22 de julio, transmitida por primera vez el domingo en Fantástico, un popular programa de televisión, se ha repetido una y otra vez en los medios brasileños.
Las imágenes gráficas, golpe a golpe, de cómo es la violencia doméstica desafían la noción generalizada de que no hay que “meter la cuchara” en peleas maritales.
También dio pie a un debate nacional sobre el abuso doméstico en Brasil, donde casi un tercio de las mujeres afirman haber sufrido ataques violentos. Según una encuesta nacional de 2017, más de la mitad de los atacantes eran sus parejas actuales o anteriores.
“El video refleja justamente los niveles de violencia que hemos estado documentando”, dijo Maria Laura Canineu, directora para Brasil de Human Rights Watch.
“Lo que Brasil debe aprender es que la mayoría de estos casos pueden prevenirse. Es muy inusual que un asesinato sea la primera ocasión en que haya violencia”.
Las imágenes también muestran al hombre, Luís Felipe Manvailer, tratando de limpiar las manchas de sangre en las paredes del elevador antes de alejarse en auto mientras llegaba la policía. El hombre fue capturado rápidamente y se le está investigado por el asesinato de la que fue su esposa por cinco años, Tatiane Spitzner. Manvailer niega los cargos y le dijo a la policía que su esposa se tiró del balcón.
Uno de los aspectos más impactantes de los videos es lo que los espectadores no pueden ver: los quince minutos en los que se cree que continuó la pelea y durante los cuales los vecinos han dicho que escucharon gritos de auxilio.
Spitzner y Manvailer se casaron en 2013. Las autoridades dicen que no encontraron demandas en contra del hombre antes del episodio ocurrido en Guarapuava, una localidad al sur de Brasil.
Sin embargo, en el programa de televisión que ha visto gran parte de la población, una amiga de Spitzner dice que con frecuencia tenía moretones en los brazos y que le envió un mensaje por WhatsApp en el que le dijo que su esposo la “odiaba a muerte”.
En Instagram, la hermana de Spitzner, Luana Spitzner, creó una página llamada Todos Por Tatiane, que ya tiene 112.000 seguidores. En ella, advierte: “La violencia deja huellas. No verlas produce feminicidios”.
Conforme las imágenes se propagaban, los brasileños recurrieron a Twitter para conminar a la gente a detener la violencia doméstica y publicaron mensajes con la etiqueta #MetaACohler, o “mete tu cuchara”, en referencia al dicho popular brasileño que reza: “En pleitos entre marido y mujer, la cuchara no hay que meter”.
Un mensaje de Twitter que se ha compartido mucho dice: “Cuando escuches un llamado de auxilio, mete tu cuchara, llama a la policía, trata de prevenir otro feminicidio, el asesinato de niñas o mujeres perpetrado en particular por un hombre y con base en el género”.
Muchas personas en las redes sociales también utilizaron las etiquetas #Feminicidio y #MariaDaPenha, y señalaron que la violencia ocurrió justo antes del aniversario de una revolucionaria ley sobre violencia doméstica que impone largas sentencias a los culpables y que recibió el nombre de Maria da Penha, una sobreviviente de la violencia.
“En Brasil tenemos una ley excelente”, dijo Canineu, de Human Rights Watch. “El problema es que no se aplica”. La primera dificultad está en que solo un cuarto de las mujeres que son víctimas de violencia la denuncian ante la policía.
“Hay muchos motivos: el estigma, la dependencia económica o la preocupación por los hijos”, dijo Canineu. “Pero, a menudo, se trata más bien de la convicción de que el Estado no hará nada”.
Brasil tiene la séptima tasa más alta de feminicidios en el mundo, con 4,4 asesinatos por cada 100.000 mujeres, según una encuesta brasileña de 2012 llamada Mapa de la Violencia. Es más del doble de la tasa de Estados Unidos.
Canineu dijo que incluso cuando las mujeres se arman de valor para denunciar la violencia, la falta de recursos y entrenamiento de la fuerza policiaca a menudo ocasionan que no haya ninguna repercusión para los perpetradores. Se alienta a las víctimas a acudir a puestos policiales especiales para las mujeres, pero hay muy pocos y su horario es limitado.
“Es triste, pero quizá algo tan brutal como esto haga que la gente despierte ante la realidad de la violencia doméstica”, dijo. “Quizá la movilice”.
Juliete da Silva Oliveira, una empleada de limpieza de 24 años, está de acuerdo. Da Silva cuenta que la policía se rio de ella cuando trató de presentar una orden de restricción contra su exnovio, quien le dejó amenazas de muerte en el teléfono cuando trató de dejarlo. La policía desestimó su preocupación y le dijo que era normal que los muchachos se enojen cuando los dejan.
“No tiene mi nueva dirección, pero todavía tengo miedo de caminar sola”, dijo. “Tal vez ahora la gente entienda lo aterrador que es”.
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