El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenaza con un ataque inminente; Rusia advierte que habrá “graves consecuencias”. El presunto ataque químico en Siria aumentó los riesgos de una escalada del conflicto con múltiples actores con intereses contrarios.
Pero aunque los riesgos de una escalada militar en Siria parecen más altos que nunca, una confrontación directa entre Moscú y Washington es poco probable, estimaron analistas entrevistados por la agencia AFP. Después del presunto ataque con decenas de muertos el sábado en la ciudad de Duma, último bastión en las puertas de Damasco, Washington y varias capitales de Occidente amenazan con una respuesta militar inminente contra el régimen de Bashar al Asad
Rusia, que niega toda utilización de armas químicas, ha multiplicado las declaraciones de apoyo a su aliado y los llamados a realizar una investigación “imparcial”. Pide que se abstengan de atacar porque de lo contrario habrá “graves consecuencias”. Desde el inicio de la crisis, Moscú y el régimen sirio no han dejado de acusar a Washington y las potencias occidentales de buscar un “pretexto” para atacar a Siria, que puso a su ejército en estado de alerta por los próximos tres días.
“Moscú sabe bien que un ataque (contra las fuerzas estadounidenses) conllevará represalia y no es seguro que Rusiasalga victoriosa en un conflicto como tal”, dijo el especialista en el conflicto sirio Alexéi Malashenko. “Rusia podría perder aliados como Turquía o incluso Asad. Tiene solo una salida: quedarse quieto y aguantar el golpe”, agregó.
El conflicto sirio se hizo más complejo al implicar potencias mundiales que apoyan a diferentes facciones y tribus locales aliadas o rivales según sus intereses.
Las relaciones entre Rusia y Estados Unidos se deterioraron en los últimos años por el conflicto en Siria, la anexión de Crimea por parte de Moscú, las acusaciones de interferencia en las elecciones estadounidenses de 2016 y, más recientemente, por el envenenamiento de un ex doble espía ruso en Inglaterra.
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