El internet ahora sí se la está volando. En días recientes medios nacionales e internacionales han estrenado un nuevo diagnóstico. Según esta tendencia, los jóvenes adultos no vivimos en pobreza o en una economía precaria que nomás no alcanza para sobrevivir en la quincena, lo que tenemos —dicen— se llama “dismorfia monetaria”.
Según esta criticada tendencia surgiendo en redes sociales, los jóvenes de la Generación Z o los Millennials no son tan pobres como creen.
Los expertos detrás de la “dismorfia monetaria” aseguran que, en realidad, los jóvenes adultos sufrimos de una percepción equivocada de nuestras finanzas personales. “No digan m…, Meriyein”, dirán muchos de quienes leen esta nota.
¿Qué se supone que es la “dismorfia monetaria”?
Según las primeras explicaciones de la tendencia, la “dismorfia monetaria” es un efecto en que los adultos jóvenes creen que su situación financiera está mucho más apretada de lo que en realidad están viviendo.
El New York Times explica que este fenómeno —que toma su nombre del Trastorno Dismórfico Corporal, una condición psicológica presente en la obsesión por defectos percibidos en nuestras características físicas— retrata a una persona que está irracionalmente insegura sobre sus finanzas.
Aunque obviamente no es una condición médicamente comprobada, los síntomas son visibles como preocupación constante, sentimientos de culpa o la ansiedad de revisar siempre las cuentas de banco.
Obvio, según los expertos, la culpa es tuya.
Según el New York Times, los efectos de la “dismorfia monetaria” se hacen más presentes por culpa de las redes sociales que consumes como videos de viajes o casas; así como contenidos de apuestas millonarias, emprendimientos exitosos o los clásicos influencers con “Mentalidad de Tiburón”.
Courtney Alev, una consultora en la organización Credit Karma —consultada por el periódico de la Gran Manzana—, el efecto de esta ansiedad te lleva a gastar en cosas que no necesitas para “disfrutar el momento”.
De acuerdo con Business Insider, en una encuesta realizada en Estados Unidos, 43% de los jóvenes de la Generación Z y 41% de los Millennials dijeron estar sintiendo efectos de la “dismorfia monetaria”. Mientras tanto, solo el 14% de las personas mayores de 60 años sentían ansiedades similares.
Que tenemos que “manejar expectativas”
Amanda Clayman, una terapeuta financiera —sepa Dios qué es eso—, entrevistada por Business Insider, aseguró que los jóvenes adultos tenemos que manejar nuestras expectativas financieras a comparación de lo que vivieron otras generaciones.
Asegura que tenemos que tomar en cuenta que la inflación, los costos de vida o las cuentas de retiro ya no son lo que eran antes, para hacer “presupuestos realistas de nuestra vida”.
O sea, que la culpa no es de la crisis de vivienda que deja a millones sin casa propia, de los trabajos que apenas cumplen con la canasta básica, de la inflación o en los precios de la comida o del futuro incierto de las pensiones. La culpa es nuestra por andarnos preocupando. ¿Ustedes qué piensan de esta “dismorfia monetaria”?
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