París ha decidido que desde el martes y por dos semanas se deberán cerrar bares, cafeterías, además de otros negocios, medida que también aplicará para su área metropolitana, esto con el fin de poder contener el rebrote de casos de contagios por coronavirus en la capital francesa. Los restaurantes podrán continuar abiertos siempre y cuando cumplan con un “nuevo protocolo sanitario“.
El domingo el Gobierno francés declaró la región de París como una “zona de alerta máxima“ y hoy las autoridades galas han anunciado restricciones que entrarán en vigor a partir de mañana, martes, por lo que bares y cafeterías que operaban en un horario limitado ahora tendrán que cerrar por dos semanas.
Otros negocios que tendrán también que bajar sus cortinas serán los gimnasios, mientras que las piscinas tendrán que limitar su uso a menores y en un ámbito escolar; mientras que las las salas de juego y los salones de baile tampoco podrán abrir.
En el caso de los restaurantes de acuerdo con el prefecto de la policía Didier Lallement, podrán seguir abiertos si cumplen con “un nuevo protocolo sanitario“, entre las medidas que entrarían en vigor está el limitar a seis las personas por mesa o que se garantice la distancia de seguridad entre los clientes.
Otros negocios que podrán seguir abiertos en la capital francesa serán los teatros, cines y centros comerciales. Mientras que en el caso de las universidades se reducirá el aforo debido a los últimos brotes detectados en estos centros de estudio, por lo que se ha instado a extremar las precauciones.
Estas nuevas restricciones por parte de las autoridades francesas se dan debido a que han considerado inasumible un nivel de tres mil 500 casos nuevos diarios, además de una tasa de incidencia superior a los 200 casos por cada cien mil habitantes, esto de acuerdo con las cifras que dio Arélien Rousseau, director general de la Agencia Regional de Salud.
En el caso del grupo de jóvenes entre los 20 y los 30 años la tasa de incidencia acumulada se acerca ya a los 500 casos por cien mil habitantes.
Rousseau advirtió que la presión hospitalaria es fuerte debido a que se prevé que se alcance el 50 por ciento de ocupación de las camas en las Unidades de Cuidados Intensivos durante las próximas dos semanas, estimación citada por el medio Franceinfo.
Aunque la alcaldesa de Paris, Anne Hidalgo, confió en que las medidas que se anunciaron hoy puedan ayudar a “evitar la sobrecarga”, asimismo la funcionaria francesa informó que estarán “extremadamente vigilantes”, aunque confía que la situación mejorará en los 15 días que se aplicará el cierre.
Las autoridades han estado abogando por el trabajo desde casa en la medida de lo posible, además de que se mantiene en diez el número máximo de personas que pueden reunirse en la vía pública.