Adriana Edwards, una joven camarera de Galveston, Texas (EE.UU.) recibió el pasado martes una ‘propina’ inesperada. La mujer comentó ese día a unos clientes que desayunaban en el restaurante de la cadena Denny’s donde trabaja que estaba ahorrando para comprarse un auto, pues tiene que caminar 22 kilómetros diarios para llegar al restaurante desde su casa y regresar, lo que le lleva aproximadamente 5 horas entre ida y vuelta, recoge ABC.
La pareja, que prefiere mantenerse en anonimato, conversó un poco con la camarera que les atendió y, al enterarse de su situación, decidieron hacer algo para echarle una mano. Salieron del local y, horas después, regresaron con un Nissan Sentra 2011 de segunda y sorprendieron a Edwards dándole las llaves.
Cuando vio el regalo, la joven rompió a llorar, de lo emocionada que estaba. De hecho, en un primer momento, se mostró algo perpleja, pues no sabía si se trataba de algo real o de una broma. La pareja le entregó las llaves de su nuevo automóvil sin pedirle nada a cambio, salvo devolver el favor a alguien que lo necesite.
“Todavía siento que estoy soñando. Cada dos horas, me asomo por la ventana y veo si todavía hay un auto allí”, asegura la joven, que ahora podrá llegar al trabajo en media hora. En cuanto a la condición que le puso la pareja, asegura que cuando vea a alguien que pase alguna necesidad, probablemente hará todo lo que esté a su alcance para ayudarla.