Esta reseña de Proyecto Géminis, con Will Smith, no incluye ningún spoiler por parte de La Cinemágora, por lo que puedes leerla a todo gusto, lector y lectora.
¿DE QUÉ VA?
Clonar a Will Smith para enfrentarlo a sí mismo es una idea prometedora si hablamos del género de acción. Y las expectativas aumentan cuando la cinta es dirigida por el cineasta taiwanés Ang Lee (Secreto en la montaña, Una aventura extraordinaria).
La película nos cuenta la historia de Henry Brogan, un asesino a sueldo perfecto si no es que semidios. Tras su retiro, descubre que un clon suyo, mucho más joven, busca asesinarlo como una conspiración gubernamental en su contra.
BUENO, LOS EFECTOS ESPECIALES
Hay que reconocerlo, traer al Will Smith joven y en sus mejores días (Día de la Independencia, Yo Robot, Soy Leyenda) conllevaba un trabajo arduo para el equipo de efectos especiales.
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Aun más cuando la aparición de este personaje no es momentánea sino que, prácticamente, abarca una gran parte de la trama del largometraje, por lo que habría mucha labor técnica de por medio.
Lo anterior se traduce en unos efectos especiales impecables que sobresalen en el clon de Will Smith joven, quien tiene las mismas facciones de su juventud, lo que demuestra un trabajo también analítico.
Sumado a esto, las secuencias de acción grabadas en Colombia representan un buen ejemplo de lo que las acrobacias combinadas con explosiones reales y un uso adecuado del CGI pueden llegar a entregar.
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— Paramount Pictures (@ParamountMexico) 10 de octubre de 2019
MALO, RITMO, GUION Y FINAL
Cuando una película sólo sobresale por sus efectos especiales quiere decir que todos los demás aspectos cinematográficos, en realidad, fueron de una calidad muy deplorable.
Puntualmente, lo que falla a leguas es el ritmo de la cinta ya que una película de acción se caracteriza, por lo general, por tener una cadencia rápida y con secuencias cardiacas.
Aquí no sucede esto. Estamos hablando sobre que más de la mitad del filme hay diálogo. Por ende, el ritmo es discontinuo y no presenta muchos picos de acción, sino solamente dos. Lo que cansa al espectador y, más que nada, lo aburre aún cuando la historia sea prometedora.
Precisamente el guion es otra de las fallas de Proyecto Géminis. Ya que la historia retoma el género de espías y lo combina con elementos de trama como conspiraciones y traiciones, así como con un toque de dramatismo.
Pero ni uno ni otro. La película de Ang Lee no es interesante ni ‘engancha’ al público. Y en momentos llega a ser confusa por todas las organizaciones secretas que se mencionan en toda la cinta.
Sin embargo, la cereza en este pastel mal hecho es su final. La palabra ridículo queda corta para una conclusión que, de verdad, parece risible y fuera de toda lógica.