Las huellas de más de tres décadas de batallas arriba del ring eran evidentes en la frente del luchador zacatecano.
Las cicatrices que Perro Aguayo tenía en la frente eran tan solo las huellas de una carrera llena de gloria, sacrificio y encumbramiento como una leyenda de la lucha libre mexicana.
La frente de Don Pedro Aguayo Damián estaba repleta de tajos producto de las sangrientas peleas que tuvo a lo largo de su carrera, la cual inició en 1970 y culminó en el 2001.
El distintas entrevistas, el veterano luchador relataba cómo habían surgido esas cicatrices en su frente: “nos dábamos con todo, a veces no sentía, solo me daba cuenta que comenzaba a correr sangre en mi cara y ya”.
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Entre las grandes rivalidades que tuvo Perro Aguayo a lo largo de su carrera, y que le provocaron estas lesiones, están las que sostuvo con El Santo, Sangre Chicana, Máscara Año 2000, Konnan, Scorpio y muchos más.
En distintas entrevistas el veterano luchador relató cómo surgieron esas cicatrices en su frente. ‘Nos dábamos con todo, a veces no sentía, solo me daba cuenta que comenzaba a correr sangre en mi cara y ya’, reveló.
Entre las grandes rivalidades que tuvo El Perro Aguayo a lo largo de su carrera y que le provocaron estas lesiones están las que sostuvo con El Santo, Sangre Chicana, Máscara Año 2000, Konnan, Escorpión y muchos más.