Jenna Lee Baker es una niñera de ‘cabecera‘ que cuida de un pequeño de apenas 3 años, Jonathan Lai y su esposa en California padres del pequeño.
Ellos laboran arduamente y naturalmente pasan tiempo fuera de casa, mismo que no pueden dedicarle a su hijo;
así que contrataron a la joven para que vele por él, mientras ellos trabajan.
Ninguno de ellos imaginó que la labor de ser niñera fuera llevada a un grado extremo, pues cuando ella escuchó los ruidos tuvo un instinto maternal para operar dentro de la casa.
Su labor no solo era ‘cuidar’ del pequeño, sino también alimentarlos, bañarlos, asegurarse que hagan sus deberes y jugar con ellos, en algún momento.
Sin embargo el objetivo principal de cualquiera que quede a cargo del cuidado de los niños es sin duda protegerlos; o bien, mantenerlos a salvo.
LO QUE SE ESCUCHABA EN LA CASA FUE DE CARNE Y HUESO
Lo que se encontraba en la casa era de carne y hueso, la joven escuchó pasos bajando la escalera de manera acelerada, eran fuertes;
evidentemente no se trataba del padre ni la madre, pues cada uno estaba en su puesto de trabajo.
Jenna corrió hasta el niño para tomarlo en los brazos y protegerlo;
posteriormente cerró la puerta, se alejo de la vivienda y pidió auxilio con sus vecinos. Acto seguido, pidió un teléfono para informar a la policía.
De acuerdo a las cámaras de seguridad del lugar, se trataba de un ladrón.
Mismo que había aprovechado que los dueños no estaban para ingresar a la casa y robar lo que encontrara a su paso;
con lo que nunca contó era que la niñera y el menor sí estarían en casa.