Ignacio James, de 52 años, es un chileno que parece ordinario, pero está lejos de serlo. Es conocido como “El caminante del desierto”, porque en 2014 realizó una travesía de 5 meses, bajo el lema “Por las ganas de vivir”, en protesta por los derechos de las personas con discapacidad. Sobresale, entre otras cosas, por manifestarse a favor de los sectores socialmente vulnerables. Sin embargo, en su vida figura una historia que lo llevó a ver de cerca la muerte.
La noche del 7 de junio de de 2016, a unos metros de su casa, un automóvil lo interceptó y el conductor bajó el cristal de la ventanilla con el pretexto de preguntarle por una dirección. Sin embargo, otro hombre abrió la puerta y lo encañonó al tiempo que le ordenaba entrar al vehículo. Ignacio se resistía hasta el último momento a entrar, hasta que cedió a los 4 atacantes que lo ingresaron al auto entre forcejeos y una serie de insultos.
“Al negarme, el sujeto me insultó de manera agresiva e ingresé al vehículo”.
-Ignacio James a Bio Bio Chile-
Lo siguiente fueron 10 horas de terror e incertidumbre. Para estas alturas, lo que menos le preocupaba eran sus pertenencias, que le habían sido arrebatadas por los hombres que, de acuerdo con Ignacio, se encontraban bajo los efectos del alcohol entre otras sustancias tóxicas.
“Al interior del móvil había una pala, picotas y unas balas de pistola, lo cual yo escondí una como posible prueba por si quedaba con vida”.
-Ignacio James-
El menor de los atacantes era el que se mostraba mayormente violento. Por lo menos en 3 ocasiones, torturó a Ignacio colocándole una bolsa en la cabeza. El conductor, que era el líder de la banda, instruía al menor para que no dejara ninguna evidencia de la agresión. Con las pertenencias de la víctima bajo su poder, le exigieron las claves de su celular, pero Ignacio se negó pensando en que si lo hacía tendrían las armas suficientes para extorsionar a su familia.
Ante la negativa lo metieron al maletero del auto. Las siguientes horas las pasaron en carretera; a veces de tierra, a veces asfalto, pero con una angustia y preocupación permanentes. Antes del amanecer, el viaje llegó a su fin.
Cuando lo sacaron del maletero, antes de abrir los ojos recuerda que lo único que escuchó fue el sonido de las olas del mar. En ese momento entendió lo que estaba a punto de suceder.
Lo obligaron a quitarse la ropa y los zapatos y, sin más, lo lanzaron al mar. En medio de la oscuridad, logró distinguir las siluetas de los hombres apuntando hacia arriba y disparando al aire, aparentemente para intimidarlo.
Ignacio, se mantuvo a flote y nadó en las heladas aguas de la costa chilena hasta lograr llegar a la orilla. Fue difícil que saliera del mar, ya que la zona de Antofagasta es conocida por las gran cantidad de roqueríos.
“A pesar del fuerte oleaje en la zona y con un clima malo, logré asirme a una roca y salí por mis propios medios, me di cuenta que había estado dos horas en el mar y ya tenía hipotermia porque mis manos ya tenían una leve rigidez”.
-Ignacio James a Bio Bio Chile-
La historia de terror que vivió Ignacio aún no terminaba. Cuando ya estaba fuera del agua, se desplomó al pie de un muro. 4 personas pasaron trotando, dos en sus bicicletas, y nadie le brindó apoyo. Lo mismo sucedió con la gente que se encontraba en la zona. Hasta que el operador de una maquinaria pesada se percató de la gravedad de la situación y lo auxilió.
Fue asistido por personal de la Asociación Chilena de Seguridad, y trasladado al Hospital Regional de Antofagasta.
El diagnóstico de los médicos fue que de haber transcurrido algunos minutos más dentro de las aguas heladas, Ignacio habría perdido la vida al sufrir una descompensación provocada por la hipotermia. Tras ser dado de alta en el hospital, acudió a Carabineros para denunciar el acto.
“Testigo de los hechos no tengo, ni sospechas en personas determinadas. La presente denuncia es sólo para dejar constancia de lo que viví”
-Ignacio James a Bio Bio Chile-
Ignacio tiene una discapacidad motora, pero su condición no le impidió realizar una caminata por Chile de más de 1,300 kilómetros de distancia, que recorrió durante 5 meses, desde Antofagasta hasta Santiago. Su intención era llegar al Palacio de la Moneda, en la ciudad capital, y reunirse con la presidenta Michelle Bachelet para darle a conocer las demandas de las personas con discapacidad.
No obstante, en la casa presidencial le dieron una cita para 4 meses después, pero a dos años de aquella fecha, la reunión no ha sido puntualizada. Después de su travesía de protesta, se convirtió en el portavoz de la causa en la zona norte del país, ganando el aprecio y admiración de su comunidad.
Una historia que deja en claro “Las ganas de vivir”.
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Post y Contenido Original de : UPSOCL
Este hombre con discapacidad fue torturado y lanzado al mar. Así sobrevivió para contar su historia
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