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viernes, septiembre 20, 2024

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El gran error del mexicano

El gran error del mexicano

ALBERTO PIZZOLI VIA GETTY IMAGES
Alfonso Cuarón y su mujer Sheherazade Goldsmith, Guillermo del Toro, Emmanuel Lubezki, Alejandro González Iñárritu, Diego Luna, Gael García Bernal, Salma Hayek y su marido, Francois-Henri Pinault posan antes de entrar al festejo del 70 aniversario del festival. (Foto: ALBERTO PIZZOLI/AFP/Getty Images)

Ayer, exactamente a las 5:30 de la tarde, la editora de Entretenimiento subió a este sitio la nota que hablaba del momento de los mexicanos en la alfombra roja en el Festival de Cannes. Salma, Diego, Gael, “El Negro”, “El Chivo”, Cuarón y del Toro. Son nombres que no necesitan apellidos o viceversa para entender de quién está hablando uno.

El título de la nota: “El ‘mexican dream team’ junto en Cannes”. La foto, en cuestión de minutos se hizo viral y ha resultado, si no sucede otra cosa antes del 31, la nota más vista del mes en HuffPost México.

El orgullo mexicano gusta, vende. Sabemos y en la redacción también nos encantan este tipo de notas. Las alfombras rojas y Cannes de igual manera. Todos guapos, todos chingones.

Lo que sigue sorprendiendo es esa buena cantidad de comentarios agresivos por parte de la audiencia a una buena noticia como esta. O si no les parece buena, tampoco es mala. No estamos hablando de corrupción, de gente que llegó a la cima a partir de pisar a otros, no estamos hablando de impunidad…

De entrada, lo del “dream team” lo puso Variety (medio de noticias de entretenimiento norteamericano) minutos antes, y fue de ahí que Cristina, autora de la nota, lo retomó. Lo primero que me viene a la cabeza es esto de que históricamente no hemos sabido por iniciativa propia estar orgullosos y reconocer lo que nos toca, sino que nos es necesario que lo haga primero algún francés o cualquier primermundista. Entonces sí.

Si el ‘dream team’ lo tituló Variety está bien, pero si nos elogiamos a nosotros mismos como mexicanos, no está bien. Y entonces esta molestia de reconocimiento a quienes están en las grandes por habernos traicionado. Habrá que recordar que para estar en las grandes de muchas cosas hay que migrar. Pero hay quien lo entiende como traición a tu país. Y eso sí es nacionalismo confundido y apocado.

A Salma le tiran como si fuera la enemiga de México, acusándola de no ser buena actriz, o de que no tiene un Oscar. Para los que no se acuerdan, Salma produjo Frida (2002), película que ganó dos Oscar, y estuvo nominada a cuatro más. Además de su carrera en cine, Salma apoya causas y fundaciones. Por ello ha sido invitada del Women’s Forum for the Economy and Society que se lleva a cabo cada año en Francia y en algunos otros países. Ahí mismo se han sentado personajes de la talla de Christine Lagarde, y algunas de las CEO’s más poderosas del mundo. Salma es hoy la mexicana más conocida fuera de este país. Punto.

A Diego igual. Que no es buen actor. Yo creo que alguien puede considerar buena o mala una actuación o una carrera entera, pero lo que es innegable es que están parados en la alfombra roja de Cannes por algo. Diego además, es productor y director. Estar en Cannes es en las grandes, grandes. ¿Qué no estamos entendiendo?

Y luego, la audiencia se mofa diciendo que falta Derbez.

¿Envidia?

Todos ellos quisieron brillar en los escenarios mundiales y para esto había que salir del país. Pero la audiencia los acusa de traidores, y se molesta porque no hacen cine en México y que no hacen nada por México, cosa que además es poco cierta. Son personajes que han puesto atención y han alzado su voz con algunas de las atrocidades que vivimos aquí. Salma fundó Chime for Change que ayuda a empoderar a mujeres en todo el mundo, y ha trabajado en México con ella. La experiencia en realidad virtual que presentó Iñárritu este año en la Costa Azul habla precisamente de la tragedia de los migrantes.

Más que envidia. Es este complejo de señalar al otro para no sentirse mal con la historia de fracaso propio. Lo que no queremos reconocer los mexicanos es que el autoengaño y la incongruencia son nuestros peores enemigos. Nos quejamos de la corrupción pero criticamos a alguien que le ha ido bien de manera derecha.

Es este sentirnos abusados, y que aunque históricamente fue cierto, este trauma se tropieza con el resentimiento hacia los que tienen más influencia o ganancias que nosotros; se tropieza con el resentimiento que no hemos podido superar para entender que si uno no se mueve ni el gobierno, ni nuestra madre, ni el vecino, ni la vida nos van a dar algo por lo que no hemos trabajado.

Gracias por leer.

 

Erre&ErreRedacción
Erre&ErreRedacciónhttp://www.mexicoahora.com
Lic. en Sociología. Editor de noticias. Con amplia experiencia en servicios de contact center.

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