Durante el partido de la final, el jugador ha tenido algunas intervenciones que han aventado por la borda la teoría de la “cabellera de Sansón”, pues sus reflejos no son de una persona de 52 años, sino de un portero de 30.

Después de un par de atajadas que salvaron a su equipo, la Comisión Disciplinaria y la Comisión del Deporte han seleccionado de manera aleatoria que el Conejo Pérez sea uno de los jugadores del Pachuca que serán examinados después del partido para exámenes de orina y sangre con la finalidad de evitar el uso de sustancias prohibidas o consumo ilegal de gansitos.

El otro jugador que será elegido al azar se determinará conforme avance el partido, y la Comisión Disciplinaria puedan identificar a algún jugador haciendo regates misteriosos lo que lo harán acreedor a un examen sorpresa antes de que orine.

El Conejo no ahondó en detalles de con que equipo pasarán estos 10 años que le quedan de carrera, sólo nos dijo que en su “recta final”, quiere pasar unos lustros alegres y compartir sus experiencias de 30 años en las canchas con los jugadores más jóvenes.

Adolfo Santino