Los Dallas Cowboys tardaron en decidirse por su nuevo coordinador defensivo, pero eligieron Dan Quinn, creador de una de las mejores y más populares defensivas de los últimos tiempos, “The Legion of Boom“, con los Seattle Seahawks.
Parecería que eso fue en otra vida, ya que las seis temporadas más recientes, Quinn las inició como entrenador en jefe de los Atlanta Falcons, a los que guió al Super Bowl de la temporada 2016.
En octubre pasado, los Falcons despidieron a Quinn luego de iniciar la campaña con cinco derrotas.
Quinn reemplazará a Mike Nolan, despedido el viernes pasado como coordinador defensivo junto con su asistente de línea, Jim Tomsula, después de sólo una histórica mala temporada en casi todas las áreas defensivas de los Cowboys.
“El objetivo será volver a una defensiva menos compleja y más básica que la de esta temporada”, explicó una fuente del equipo. “Especialmente, tendrá que sacar la mayor energía y el mayor talento de sus jugadores”.
Es probable que ese, la evidente falta de esfuerzo que ha mostrado de forma rutinaria la defensiva de Dallas en temporadas recientes, sea el principal problema que Quinn tenga que resolver. En ese periodo, los Cowboys tuvieron a tres coordinadores defensivos distintos: Rod Marinelli, quien a media campaña casi cedió el poder completo a Kris Richard, y a Nolan.
A eso habrá que sumar la evidente falta de talento en una defensiva que no parece tener algún jugador entre los 10 mejores de la liga de su posición o al menos de la Conferencia Nacional.
Ni los linieros defensivos DeMarcus Lawrence, Tyron Crawford, mucho menos el linebacker Jaylon Smith, han desquitado las extensiones contractuales multimillonarias que recibieron desde hace dos o tres temporadas.
Dallas carece de defensivos de élite y eso incluye al linebacker Leighton Vander Esch, quien no sólo se lesiona de manera recurrente sino que tampoco ha estado en buen nivel cuando está en el campo.
Las defensivas de Quinn como coordinador en 2013 y 2014 guiaron a los Seahawks a apariciones consecutivas en el Super Bowl, pero tenían mucho mejores jugadores que pasaban por buen momento. Sólo basta mencionar a elementos de la secundaria como Richard Sherman, Earl Thomas, Kam Chancellor y Byron Maxwell, los linebackers Bobby Wagner, Bruce Irving y K.J. Wright y los linieros Michael Bennett y Cliff Avril, quien, dicho sea de paso, acabó en un juego de pretemporada con la carrera de Tony Romo.
Es difícil pensar que los Cowboys hayan prometido grandes y espectaculares refuerzos a Quinn que con seguridad le habrán ofrecido otros equipos. Dallas tendrá poco margen de maniobra en la agencia libre, porque la prioridad, reiterada por Jerry Jones y su hijo y Stephen, es firmar a largo plazo al quarterback Dak Prescott, además de que los contratos de Lawrence y Smith también ocupan una buena parte del tope salarial.
Quinn no tendrá safeties del nivel de Thomas o Chancellor para intimidar a las ofensivas rivales, sin embargo, es un coordinador respetado en la NFL que aprendió en Seattle de uno de los mejores, Pete Carroll.
Será un gran reto para Quinn hacer algo que durante la última década nadie ha podido: construir una buena, intimidante y atlética defensiva en Dallas.
Para los aficionados, la gran noticia también debe ser que los Cowboys no cedieron a las pretensiones del entrenador en jefe Mike McCarthy, quien ya deseaba contratar a alguno de sus otros amigos, como sucedió con Nolan.
Los Cowboys entrevistaron de manera virtual a Joe Whitt, Jason Simmons y George Edwards, quienes ya trabajaron con McCarthy.
Si las cosas no empiezan bien para McCarthy, muchos periodistas y aficionados se acordarán de que Quinn también tiene experiencia de Super Bowl como entrenador en jefe.
ESPN.