Todas las caras de la vida adolescente en un corazón que mitiga el golpe de crecer
Un hombre se da la media vuelta y se va de la casa, en un acto machista y endeble que fortalece los espíritus de tres mujeres: una madre y dos hijas adolescentes muy diferentes entre sí, a pesar de ser hermanas mellizas. Una sustenta la belleza y el deseo de triunfar como actriz y la otra la gordura y la pasión por el fútbol. Ellas comparten el entendimiento mutuo, el amor. Frente a ellas, el rechazo, el abuso, la discriminación y el peligro.
Nacido en Veracruz y afincado en Quintana Roo, Saúl Enríquez es uno de los más sólidos dramaturgos del interior de la república enfocados al teatro para jóvenes audiencias. Por ello, es de celebrar que una productora privada, Jimena Saltiel, y Once Once Producciones apuesten por un texto de Saúl en el que las moralejas salen sobrando para dar lugar al reflejo duro y entrañable de los adolescentes, especialmente de los que habitan los diversos rincones del país.
Teatro para jóvenes, sí, pero para toda la familia. La mirada lúdica y minuciosa de Angélica Rogel en la dirección permitirá que la historia de Mango y Stella esté salpicada de un humor generoso que hace frente al abandono, a la pérdida de la inocencia y al intento de separar a tres entidades fuertes que se quieren y se necesitan. Probablemente en esos tres personajes caben los reflejos de cualquier miembro de una verdadera familia mexicana.
Los actores Yulleni Vertti, Alejandro Morales, Meraqui Pradis (alterna con Grecia Ricart) y Dano Ramírez son los pesos pesados que darán cabida a esta historia que habla de cosas que atañen a jóvenes y adultos. Y lo hace, con el corazón.