1. Dar razones creíbles para cancelar planes con amigos.
Eres una canceladora en serie y ni siquiera te sientes mal por ello.
2. Fingir escuchar las ~críticas constructivas~ mientras en secreto piensas: “¿En serio? ¿Me estás dando a mí consejo?”
“Muchas gracias por tu opinión, adiós”.
3. Hacer saber a todo el que te rodea exactamente cómo te sientes sin abrir la boca.
Si necesitas que alguien sepa que lo estás juzgando, simplemente le echas ~esa~ mirada.
4. Escabullirte a los baños con tu mejor amiga del trabajo para quejarte de todo.
Si algo te molesta, le lanzas una mirada y saben dónde encontrarse.
5. Detectar fotos de Instagram y estados de Facebook vergonzosos para hacer captura de pantalla y enviarlos a tu grupo de WhatsApp.
Tienes buen ojo para detectar a las personas que actúan como imbéciles en las redes sociales.
6. Leer WhatsApps sin abrirlos, para poder ignorar a la gente de forma más sencilla.
Para ser justos, todo el mundo lo hace.
7. Pulsar “cerrar” en las puertas del ascensor mientras finges pulsar “abrir”.
No hay nada más molesto que mantener las puertas abiertas para alguien y luego verte obligado a tener una pequeña charla con él.
8. Fingir no escuchar lo que las personas que están en el otro extremo de la mesa dicen porque no quieres que estén allí.
“No te vi, lo siento”.
9. Dejar tu monólogo interno para ti mismo.
Si alguien oyera lo que ocurre en el interior de tu cabeza, no tendrías amigos.
10. Pero saber a quién le puedes confiar los secretos que se supone que no debes contar a nadie.
Tu madre, hermana, mejor amiga y pareja normalmente son apuestas bastante seguras.
11. Clasificar a las personas que acabas de conocer como ese tipo de persona.
Y juzgarlos inmediatamente según su clasificación.
12. Fingir no ver a alguien con quien en realidad no te quieres molestar en hablar.
Tienes mucho talento para esconderte en el supermercado.
13. Acosar a la gente que no te gusta en las redes sociales hasta que encuentras una foto vergonzosa.
Y luego sentirte mejor al instante.
14. Fingir tener interés en algo que en realidad no te importa.
Asiente y sonríe. Solo asiente y sonríe.
15. Empezar peleas porque estás aburrida.
Siempre tienes en la recámara unos cuantos temas para pelear.
16. Morderte la lengua hasta que la persona de la que quieres hablar deje la habitación.
Y luego se desata el infierno.
17. Juzgar la limpieza de las casas ajenas cuando las visitas.
El mejor sitio para comprobarla es siempre el baño.
18. Fingir que te gusta algo cuando en realidad solo lo estás juzgando.
“¡Oh dios, me encanta tu pelo!” = “Oh dios, tu pelo tiene un aspecto diferente al de ayer.”
19. Ver a una persona y luego saber instantáneamente lo que cambiarías de tu apariencia si fueras ella.
Eres un profesional absoluto en “¿Qué cambiarías?”
20. Clasificar a la gente sobre 10, de forma separada, por aspecto y personalidad.
Incluso a tus amigos más cercanos.
21. Y lo más importante, saber a quién le puedes expresar tus peores pensamientos sin perder a todos tus amigos.
Hay algunas personas a las que les puedes confiar tus pensamientos más malvados y otras a las que simplemente no puedes.
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21 Habilidades útiles que toda persona malvada posee
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