Déjenme les digo que estoy con la boca abierta con Su nombre era Dolores, la Jenn que yo conocí, que es la serie no autorizada de la vida de la gran Jenni Rivera y que es la historia contada por Pete Salgado y Gabriel Vázquez, los dos exmanagers de la diva. 

Por ejemplo, el domingo pasó un capítulo donde se ve a la gran hembra que era Jenni, con ese carácter firme, pues llega a la oficina de su esposo y le arma un escándalo, gritándole frente a todos su compañeros de trabajo, preguntando quién era la amante de su esposo, siendo que ella mantenía relaciones extramaritales con un chavo de nombre Fernando, quien tenía muchos problemas de carácter y adicciones.

Otro de los temas que me sorprendió mucho fue cuando abordan a Rossie, hermana menor de Jenni, quien según ponen ahí, tomaba alcohol con antidepresivos y terminaba en los clubs nocturnos teniendo relaciones con personas que ahí conocía y en ocasiones despertaba tirada en la calle, luego de haber sido abusada sexualmente.

Claro que el único que sale súper bien librado, aparece como el protector, el guía, el patriarca, el que siempre está ayudándola y preocupado por ella es Pete Salgado, quien fue su primer representante. Claro que así tenía que ser la historia, ya que él es el productor de la serie, ni modo que se tire a sí mismo, ¿verdad?

Después de ver este capítulo, ahora entiendo porqué la familia Rivera se opuso tajantemente a su exhibición, pues nadie sale bien librado, incluso a la Chiquis la ponen como una chamaca muy precoz y creo que a nadie le va a gustar que muestren así a nuestra familia.

Por eso me extrañó mucho que el hermano de Jenni, Lupillo Rivera  haya participado en esta serie, pues creo que no sale bien librada la Diva de la Banda, aunque tenemos que recordar que si algo hizo a Jenni grande fue eso, que eran tan humana, tan llena de errores como cualquier otra y tan vulnerable como todas las mujeres.

Dicen los Rivera que la verdad saldrá en la serie que están haciendo ellos para la competencia, Telemundo, pero si quieren que funcione, tendrán que contar cosas aún más fuerte que éstas, aunque el que pega primero, pega dos veces.