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jueves, septiembre 19, 2024

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Rescatando la milpa: Un sistema agrícola ancestral para enfrentar los desafíos actuales

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Organizaciones de la sociedad civil están trabajando para proteger la milpa, un antiguo método de cultivo del maíz que se utilizaba en tiempos prehispánicos. Este sistema agrícola consiste en sembrar diferentes alimentos para aprovechar al máximo la tierra.

La milpa es un antiguo método de cultivo utilizado en la época prehispánica, donde se plantan diferentes tipos de alimentos para aprovechar al máximo la tierra.

En el Día Nacional del Maíz, diversas organizaciones civiles buscan preservar la milpa, un antiguo sistema de cultivo mesoamericano que se basa en el maíz y que representa una opción frente al aumento de los precios de los alimentos, la crisis climática y las semillas modificadas genéticamente.

Hace siete años, el grupo Coamil estableció una milpa en el camellón de la avenida Federalismo en la ciudad de Guadalajara. Esta avenida es una de las más concurridas de la ciudad y se encuentra a pocos minutos del centro histórico.

En este lugar, se cultivan diferentes tipos de plantas, como maíz y girasoles. Además, debajo de ellas, el tren subterráneo pasa constantemente a lo largo del día.

Antonio Aguirre, uno de los creadores del grupo que se ha unido a la iniciativa “Sin maíz no hay país”, la cual busca oponerse al uso de semillas transgénicas, comentó a EFE que tomaron medidas en el espacio público con el objetivo de que los residentes puedan aprender sobre los conocimientos tradicionales relacionados con la agricultura de maíz.

Desde tiempos antiguos, el maíz ha sido una fuente de alimentación y nos ha dado la oportunidad de generar una gran variedad de alimentos. Incluso el maíz cocido o asado por sí solo es considerado un súper alimento, ya que es importante desde el punto de vista nutricional y también desde una perspectiva cultural. Esto se mencionó en relación al Día Nacional del Maíz.

La milpa, un sistema agrícola antiguo en México, consiste en sembrar diferentes alimentos en una parcela para aprovechar al máximo la tierra, según la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural. El término “milpa” proviene del náhuatl y significa sembrar encima de una parcela.

Existen diversas maneras de cultivar en el sistema de milpa, pero la combinación principal se basa en el maíz, acompañado de frijol, calabaza y chile, los cuales son ingredientes fundamentales en la cocina mexicana.

Según Melina Gil, este sistema tiene ventajas tanto para la alimentación de la comunidad, promoviendo una dieta saludable y sostenible, como para el medio ambiente.

Las plantas trabajan juntas de manera increíble, por ejemplo, el maíz proporciona alimento al frijol para que se enrede y el frijol absorbe el nitrógeno. La calabaza, por su parte, absorbe toda la humedad del suelo. Este trabajo en equipo crea una sinergia que no solo restaura la tierra, sino que también nos brinda una sensación de esperanza.

Estos beneficios se mantienen hasta que se recolecta la cosecha debido a que el forraje restante puede absorber el dióxido de carbono presente en la atmósfera. Además, gracias al uso de policultivo, el suelo se mantiene nutrido y se reduce la erosión.

El producto obtenido de la milpa se suele destinar principalmente al consumo propio o al intercambio.

Víctor Ibarra, residente del vecindario donde el grupo Coamil estableció una milpa, contó que ha estado participando en el cultivo con su hija durante algunos años para aprender sobre la relevancia de los alimentos que pueden ser sustentados por sí mismos.

“Significa tomar conciencia de que el maíz que compramos no proviene directamente del supermercado, sino que es cultivado por hombres y mujeres campesinos que se dedican a trabajar la tierra”, afirmó.

Teocintle es un grupo con alrededor de veinte miembros que lleva trabajando en una parcela de casi tres hectáreas durante una década. En esta parcela cultivan maíz junto con otras frutas, hierbas y hortalizas.

Antes de que empiece el mal tiempo, todos colaboran para fertilizar la tierra y siembran las semillas que ellos mismos cultivaron el año pasado.

Ángeles Ortiz Sánchez, miembro de la organización, compartió que cultivar maíz es un acto de amor y unidad hacia la tierra. En un momento en el que enfrentamos una crisis de valores, considera que estamos reconstruyendo esa unidad a través de la siembra colectiva de este cultivo.

El grupo desea adquirir conocimientos para posteriormente brindar talleres y enseñar a todas las personas cómo cultivar una milpa o alimentos esenciales de forma más higiénica y con mayor valor nutricional.

La activista destacó la importancia de tener conocimientos sobre la siembra y cultivo del maíz, frijol y calabaza, ya que estos son fundamentales para nuestra vida. Además, señaló que este conocimiento del ciclo natural de estos cultivos podría ser crucial para muchas personas en el futuro.

Además de luchar contra la introducción de granos y alimentos genéticamente modificados, las organizaciones se enfrentan a una legislación local que busca regular y controlar los huertos y la agricultura en áreas urbanas, incluso llegando a sancionar con prisión a aquellos que no cuenten con los permisos correspondientes.

Las activistas coincidieron en que la aprobación de esta ley pondría en peligro tanto los cultivos autónomos como los conocimientos ancestrales que representan esta forma de agricultura.

Según datos proporcionados por la Agencia E

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