En Sudáfrica se formó una de las amistades más inusuales entre un perro y una jirafa, se trata de Hunter y Jazz, respectivamente. Los dos animales se conocieron en un santuario que se dedica a proteger y salvar la vida de rinocerontes en la Provincia de Limpopo.
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La jirafa bebé llegó al recinto cuando apenas tenía tres días de nacida. Resulta que un ciudadano encontró a la cría abandonada por su madre y se contactó con el santuario para que pudiera ayudarla a sobrevivir.
El inicio de la amistad
Los voluntarios del lugar se encargaron de rescatar a Jazz y trasladarla con el veterinario, quien determinó que la jirafa estaba deshidratada y padecía letargo, así que le administraron un tratamiento intravenoso para que recuperara su energía.
Publicado por The Rhino Orphanage en Domingo, 17 de noviembre de 2019
Hunter es la mascota del santuario, es un Pastor Belga Malinois muy cariñoso con los rinocerontes y con la jirafa no fue la excepción. Cuando la conoció y se dio cuenta que estaba enferma, así que decidió ser su protector y cuidarla en todo momento.
“Hunter estaba tan preocupado por Jazz que no quería comer. Ahora que la jirafa está mejor, Hunter ya tiene apetito. ¡Qué perrito tan especial! Estamos orgullosos de tenerlo en nuestro equipo”, escribieron los empleados del santuario en Facebook
El Pastor Belga permaneció día y noche en la habitación de Jazz durante su recuperación. Si salía a correr un rato, siempre regresaba para revisar que su amigo con manchas estuviera bien. Incluso, dormía a su lado como su fiel guardián.
“El vínculo y el entendimiento entre Jazz y Hunter es asombroso”, comentaron
La mala noticia
Después de tres semanas, la jirafa no logró vencer la batalla y falleció. El veterinario determinó que la causa de su muerte se debió a un hifema (presencia de sangre en el interior del ojo) junto con una hemorragia cerebral, posiblemente un defecto genético.
Los cuidadores lamentaron la noticia porque todos sus esfuerzos por mantenerla viva fueron en vano. No obstante, se sintieron tranquilos por haberlo intentado. Y descubrieron que su engendradora no fue una mala madre, sino que ya presentía el destino de su cría.
Respecto a Hunter, creen que también se dio cuenta de que eran los últimos minutos de vida de la jirafa porque se acostó a su lado hasta que lanzó su último suspiro. Al menos, el perro pudo decirle adiós a su querido amigo.
Publicado por The Rhino Orphanage en Jueves, 28 de noviembre de 2019
“Hunter sabía que algo estaba mal, ya que repentinamente se quedó al lado de la jirafa sin querer salir de la habitación”, dijeron
Los días posteriores, el Pastor Belga permaneció sentado frente al cuarto donde refugiaban a Jazz. Con el tiempo, superó la pérdida de la jirafa y retomó su estilo de vida, jugando y cuidando a otros animales que necesitan de su apoyo.
Publicado por The Rhino Orphanage en Jueves, 5 de diciembre de 2019
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Este dúo de animales demostraron lealtad y amor sin importar sus diferencias. En redes sociales quedaron enamorados y sorprendidos al conocer la noble amistad que formaron la jirafa y el perrito.