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+En recuerdo de un toluqueño ejemplar: Gabriel Marcelino Ezeta Moll

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+En recuerdo de un toluqueño ejemplar: Gabriel Marcelino Ezeta Moll

La frase

Tuve la fortuna de coincidir con Gabriel Ezeta Moll. Gracias por las lecciones de vida, por su solidaridad, por caminar juntos. Descanse en paz, Maestro.

MARTHA HILDA GONZÁLEZ CALDERÓN

 

COINCIDENCIAS DE LA VIDA Y DE LA MUERTE: En la primavera de este año trágico 2020, que nadie hubiéramos querido haber vivido pero al mismo tiempo, cómo hemos aprendido de este año disruptivo, falleció un mexiquense ejemplar y gran ser humano, el ex gobernador del Estado de México, Ignacio Pichardo Pagaza.

De esos caprichos del destino, también le acompañaron en su viaje a la eternidad, en este año que termina, cuatro de sus colaboradores y amigos entrañables: Enrique Collado López, Venancio Conzuelo Castillo, Jorge Vallejo Cenecorta y Gabriel Ezeta Moll. Lealtad hasta la tumba y el más allá.

 

CON GABRIEL MARCELINO EZETA MOLL

Egresado de la primaria Antonio Claret, escuela irrepetible en el ámbito toluqueño, en donde se forjaron figuras como el padre Camilo Maccise Maccise (dos veces Prepósito General de los Carmelitas Descalzos, algo así como el Papa de la orden), su hermano Juan Maccise Maccise, el licenciado Valentín Diez Morodo, los hermanos Iracheta, los Macedo, los Gasca Pliego, los Montes de Oca Gasca, los GuerraGabriel Marcelino Ezeta Moll tuvo como compañeros a Gustavo Barrera Echeverri, hijo de don Gustavo Barrera Graff y su esposa Lucía Echeverri de Barrera, así como a Jesús de la Luz García, Jorge Castaño López, Julio Espinosa, Leonardo Sánchez Fernández, Rafael Arias Valdez y Orlando García Montes de Oca.

Hay que hacer notar que la disciplina y los métodos didácticos de las profesoras María de la Luz, Amparo, Teresa y María del Refugio Sánchez Pliego, eran altamente efectivos y nos enseñaron a leer pronto y al mismo tiempo conocer de historia y de todas las materias, así como a desarrollar la memoria. Orgullosamente recordamos a nuestra querida escuela primaria.

Su abuelo Gabriel Ezeta Orihuela y su padre Gabriel Ezeta Uribe, formaron parte de la masonería,  inclusive hay logias con su nombre, por ello, Gabriel Marcelino entró a la logia que lleva el nombre de su padre. Fue integrante fundador de los Potros Salvajes de futbol americano, también fue miembro fundador del periódico “El Nigromante”.

 

INOLVIDABLE NOTARIO: Gabriel Marcelino vio la luz primera en el verano de 1944, el primero de junio, en Toluca, en la calle de José Vicente Villada en la casa donde está la notaría, ahí siempre vivió. Tuvo una infancia difícil, por lo que ocurrió aquel 2 de noviembre, cuando tenía tres años, en 1947. Hizo un viaje con su papá y su mamá, mi abuela Evelina Moll Labra, quien era sobrina de don Wenceslao Labra quien había sido en el cuatrienio anterior, el  gobernador del Estado, 1937-1941. Se casó con el hijo del notario Gabriel M. Ezeta Orihuela. El primogénito de ese matrimonio fue mi papá. Celebraban aquel día los 33 años de mi abuelo Gabriel Luis Ezeta Uribe.

Hicieron un viaje a Playa Paraíso en TecolutlaVeracruz, acompañados de sus mejores amigos, don Octavio Sentíes Gómez, quien fue regente del DF, y el famosísimo  Chato Arias Nuvillo. En aquel viaje mi abuelo se mete al mar, lo agarra un remolino, se va contra unas piedras, tiene estallamiento de vísceras, con dificultad logra salir nadando, muere de un infarto por el esfuerzo realizado al nadar.

Eso marcó para siempre la infancia de mi papá, por ser testigo de su muerte, en esos días mi abuela descubrió que estaba embarazada, meses después se percató de ello, mi padre tuvo una hermana: Evelina Ezeta Moll, mi tía quien aún vive. En primeras nupcias se casó con Maricela Morales, de esa unión nacieron Gabriel Luis Ezeta Morales y Juan Ernesto Ezeta Morales.

Cuando él fue nombrado por el gobernador Carlos Hank González como Primer Presidente Municipal en 1973 de Cuautitlán Izcalli, conoció a mi mamá Lucía Silvia López Sepúlveda, fungió como Tesorera, ahí se relacionaron, años después se unieron en matrimonio de ahí nací yo, Gabriela Ezeta López, en 1978  posteriormente en 1983, nació mi hermana Lucía, hoy es una prominente maestra en arquitectura, especializada en restauración de inmuebles catalogados por el INBA, es soprano y bailarina profesional de Tango. Esos son los cuatro hijos que tuvo mi padre.

El mayor es Notario Público en el municipio de HuixquilucanJuan Ernesto trabaja en el Acervo Histórico de la Legislatura, una servidora es profesional de Bienes y Raíces, madre de familia además de ama de casa. Lucía, ya mencioné a que se dedica.

Quiero recordar a mi padre porque fue ante todo un humanista, un liberal, Gran Maestro en la masonería. Siempre vio por las causas de los más desprotegidos. Un hombre quien siempre ayudó –en la notaría– a quien le pedía apoyo. Siempre me  quejaba porque regalaba las escrituras, le decía: papá no vamos a tener para pagarle a los gestores. Te puedo decir que había veces en que no cobraba ni los gastos, él los absorbía, pagaba ante el Registro Público de la Propiedad y ante la Tesorería.

Como presidente Municipal de Cuautitlán Izcalli le tocó fundar prácticamente un municipio, tenía 28 años, era muy querido por el profesor Carlos Hank González. En 1991, fue electo diputado Local por el Distrito II Toluca Norte, en el periodo de Ignacio Pichardo Pagaza, fue presidente de la Gran Comisión de 1991-1993 siempre trabajó por la zona norte, defendió a los otomíes, nos enseñó el amor a nuestra gente y el servicio hacía ellos.

Amó profundamente la lectura de los libros, se apasionó por la lectura de los libros, apasionado del Juarismo y la obra de José María Heredia. Se metió mucho a la obra de los Rosacruces, de los Guadalupes, de la época de la Independencia. Deja un gran legado.

Fungió como Notario Público desde 1983 hasta el día de hoy 29 de diciembre de 2020, en que pierde la vida a consecuencia del coronavirus. Fue un padre que siempre vio porque nosotros fuéramos hombres de bien, se preocupó por nuestra educación, estudié una carrera como él, nos formó de acuerdo a los valores liberales.

Descanse en paz mi querido padre, adicto a la lectura, con una vastísima  cultura, excelente orador, excelente amigo, le gustaba socializar con una conversación exquisita, le gustaban las Bellas Artes, le gustaba fumar sus pipas, un hombre servicial que le gustaba ir a la notaría los sábados, de los pocos en hacerlo.

Le gustaba asistir a las asambleas ejidales para estar con los campesinos. Amante de la tradición mexicana, de las culturas antiguas, de su Logia masónica, gran conocedor de muchos temas, arquitectónicos, musicales, sabía de coches, tenía muy buen sentido del humor, era simpático, siempre amable con la gente. Con esos buenos recuerdos me voy a quedar. Siempre lo recordaré con su sonrisa y su buen ánimo. Agradezco a Gabriela Ezeta López este testimonio de viva voz y las imágenes que lo ilustran.

DE MAURICIO VALDÉS RODRIGUEZ PARA EL GRAN GABRIEL EZETA MOLL

El mejor Presidente Municipal en la historia de Cuautitlán Izcalli.

Su ejemplo de extraordinario humanista, jurista, político, historiador seguirá sembrando mentes de las nuevas generaciones.

C

 

!Que viva Gabriel Marcelino Ezeta Moll!

Mensaje:

Nos reúne en este momento de particular congoja el paso al oriente eterno de nuestro Q.:H.: Gabriel Marcelino Ezeta Moll, quien ha dejado el mundo material conocido y para los que tuvimos el privilegio de compartir se ha marchado uno de los más ilustres y preclaros Hermanos.

El Padre Gabriel como le decía en vida, fue un hombre destacado en la vida publica, pertenece a esa clase de hombres que aun en el momento de la muerte proclama el valor de la vida y nos insta a seguir el camino con alegría y optimismo; a esa clase de hombres que vence a la muerte proyectando en el tiempo un ejemplo capaz de seguir iluminando el camino de los demás.

Cuando se ha vivido y actuado de acuerdo a la propia conciencia, cuando se han practicado los principios y valores que se proclaman, cuando se ha procurado solo el bien incluso para a quienes más gravemente nos han ofendido o agraviado, se ha logrado -seguramente sin buscarlo y de manera natural – desarrollar un ejemplo moral y social que solo puede impactar positivamente a los demás.

Fue Gabriel un hombre de posiciones claras y definidas, a veces hechas públicas sin dobleces, empeñado a fondo en su promoción y su triunfo con las armas de la razón y por

los métodos democráticos, fue siempre también abierto y tolerante a las posiciones disímiles a las suyas y dispuesto a reconocer y aceptar cuanto en ellas hubiera de válido.

Fue un demócrata auténtico. Gabriel fue capaz de aportar al logro del bien común iniciativas e ideas, por más que ellas no puedan ser compartidas por los demás.

Fue un humanista convencido, a quien rindo homenaje merecido con el Réquiem de Mozart. Y nuestro recuerdo permanente de amistad. (Continuará mañana).