Se llama Sol y es el Sol.
Sale de noche ignorante
De eso que llaman luz
Enceguece y enceguece
A las aves que caminan por ahí
Porque Sol como hembra
Es de carne y hueso
Como niña aún usa falda escocesa technicolor
Y pasó de los lentes más grandes que su cabeza
A los de contacto
Sus ojos son color ojos
Huele a canela quemada y miel de maple
Tiene la ternura del acero
Y sonríe una vez al año
Cuentan que nadie la ha visto aún
Encogiendo las comisuras
Abraza con los codos caídos
Poquísimas cosas le gustan
Y menos la vuelven loca, demente, orate,
porque eso es lo que le devuelve sus
Espejos sin marquesinas
Como buena Diosa de la sobriedad brillante
Y de ese minimalismo artero, y para eso
Basta verla pestañear, porque en ese acto,
es cuando cautiva mortalmente, pero no lo sabe
Sabe tanto de tan pocas cosas…
Un día lo olvidó todo y en su recuperación
La melancolía se la comió de un bocado
Y es increíble como Sol se deja
Olvidando una vez más que todo gira alrededor de ella
Como una órbita hipnotizada por esa belleza que quema
Y escribe y escribe y tiene tantas ganas de erupcionar
Que ya se está preparando para ello, y
Mientras tanto el mientras tanto sigue creciendo
por dentro y no se nota
Duerme angélica y sueña con ángeles rojos
Cuando me acerco a Sol, bajo algo la mirada
Y la abrazo, y es que, es imposible no
Realizar ese acto por supervivencia,
su magnetismo mata
Sus colores se multiplican
Su mirada se vuelve como una felina sin cola
Que deja huella, huellas, de todos los tamaños.
La amo porque la amo porque la amo,
Sin ese amor de Saga Falabella,
En silencio, a años luz de mi Sol
Danzando quieto,
a la espera de sus noticias
Sol es una mujer de carne y hueso
Que muta segundo a segundo,
Y es por eso que cualquier reloj
De muñeca no le sirve,
Porque ella como toda muñeca de verdad
Se seca, se baña, camina, llora y sonríe,
En su sol
Que parpadea
Hasta su propio fin, que será su Génesis
En el límite del infinito,
Donde la encontré y nos miramos y,
La reconocí,
Y sentí que sobre ella,
Podría escribir tomos de tomos de tomos de tomos,
Para que no me tome, y poder, si se puede, sobrevivir,
A pesar de que todos los días la veo, apareciendo por
El oriente cautivo
De su voz
Suave, suavísima, suavísima,
Hasta que el fin de todas las
Cosas empiecen a caminar.
Sol, es un Sol,
Y la conozco
Y por ahora, sólo yo la puedo ver,
Con el amén como disparador
Lista al arranque,
para vivir a brazo partido y con su propio cuerpo,
En sus manos.