De acuerdo a las imágenes, una banqueta dañada evitó que el hombre que llevaba los cuerpos descuartizados de los niños mazahuas, Alan de 12 años, y Héctor de 14, llegara a su destino.
El pasado sábado, 31 de octubre, minutos antes de a media noche, un sujeto que vestía chamarra color gris claro y pantalón negro, aparece por la Calle de República de Cuba en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Momentos después, ingresa a una vecindad en la Calle de Cuba número 86.
24 minutos después, el mismo sujeto, regresa con un diablito transportando dos cajas de plástico y una de cartón.
Ahí se encontraban los niños mazahuas.
El sujeto llega a la esquina de República de Chile y gira a la derecha rumbo a Belisario Domínguez. Dos minutos después, aparece nuevamente corriendo por la Calle de cuba, pero sin las cajas ni el diablito. Ingresa rápidamente a la vecindad de Cuba 86.
Las llantas del diablito en el que transportaba los restos de los niños mazahuas por el Centro Histórico se atoraron en una grieta, y eso no le permitió avanzar más.
En las imágenes se aprecia el momento en que el hombre va caminando y detiene su andar pues las ruedas del diablito se atoran en un borde en la banqueta.
El hombre lo empuja una y otra vez para tratar de pasar, incluso toma un poco de vuelo, pero no logra cruzar.
Al otro lado de la banqueta, a no más de dos metros y medio está parado un agente de la Policía capitalina. La cámara apenas lo capta. Se aprecia que lleva su uniforme y su chamarra con reflejantes.
El hombre que llevaba los cuerpos descuartizados de los niños mazahuas se atoró precisamente frente a él.
Mientras el sujeto peleaba para tratar de pasar, el uniformado no se da cuenta de nada.
Un par de personas pasan por ahí y ven de reojo al sujeto del diablito, pero no le ponen mayor atención.
Según la Fiscalía de Justicia de la Ciudad, la persona que empujaba el diablito con los restos de los niños sería Baltazar Osnaya.