La lepra es una enfermedad infecciosa crónica originada por la bacteria mycobacterium leprae, que se transmite por vía aérea. Para su diagnóstico se requiere un análisis de laboratorio.
La Secretaría de Salud federal informó que en México hay 18 estados de la república con registro del antiguo padecimientos biblico.
Este padecimiento provoca lesiones en la piel y el sistema nervioso que pueden originar secuelas para toda la vida. Sin embargo, con tratamiento adecuado, es curable.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la lepra se manifiesta de diferentes formas:
- Lesiones cutáneas. Son más claras que el color de la piel de la persona que las padece.
- Curación lenta. Las ampollas producidas por la lepra tardan en cicatrizar.
- Adormecimiento de la piel. La zona afectada pierde sensibilidad debido al daño de los tejidos cutáneos y nerviosos.
- Debilidad muscular.
La Secretaría de Salud reporta que las entidades de la república donde hay registros de casos activos de lepra son:
- Sinaloa: 32 casos,
- Michoacán: (15),
- Jalisco (6),
- Nayarit (5),
- Chiapas (4),
- Nuevo León (4),
- Yucatán (3),
- Guerrero (3),
- Colima (3),
- Tamaulipas (2),
- Quintana Roo (2),
- Guanajuato (2),
- Coahuila (2),
- Baja California (2),
- Aguascalientes (1),
- Oaxaca (1),
- Morelos (1),
- Estado de México (1).
¿Cómo se trata la lepra?
En un plazo de 6 a 12 meses, la lepra se cura con un tratamiento que incluye diferentes fármacos.
La OMS ofrece dosis gratuitas de un tratamiento que alterna múltiples medicamentos: la rifampicina, la dapsona y, en caso de que el padecimiento sea severo, la clofazimina.
De no tratarse a tiempo, la lepra puede producir incapacidad motriz en las personas que la padecen.
La lepra es una de las enfermedades más antiguas registradas en la Tierra
La lepra o la enfermedad de Hansen, es una enfermedad infecciosa que ha afectado a la sociedad desde hace el 300 a.C. afectando a las sociedades antiguas y haciéndose paso hasta Europa y Medio Oriente a donde llegó a mediados de 1870.
La enfermedad descubierta por el médico noruego Gerhard Hansen, quien en 1973, vio el bacilo de la lepra bajo el microscopio y probó que esta era una enfermedad infecciosa y no una maldición, como era considerada a inicios del siglo XVII.
El tratamiento de la lepra era muy diferente en el pasado, los enfermos eran aislados en campamentos alejados de la sociedad, eran estigmatizados y debido a la falta de comprensión se les dejaba morir en hacinamiento.
Fue hasta 1940 cuando se realizó el primer avance médico para tratar la enfermedad con el desarrollo de la dapsona, que es un antibiótico que actualmente se usa en el tratamiento de infecciones cutáneas como la lepra.
Pocos años después, en 1960, la enfermedad de Hansen comenzó a presentar resistencia a la dapsona, el único medicamento que combatía la lepra en ese entonces.
Tras probar varios tratamientos alternos se descubrió que los fármacos rifampicina y clofazimina, ayudaban contra la enfermedad, por lo que se añadieron al régimen terapéutico que más tarde se denominó tratamiento multimedicamentoso (TMM) que hoy en día se compone con los tres medicamentos.
Tras años de investigación, la Organización Mundial de la Salud, en 1970, comenzó a realizar la primeras pruebas del tratamiento multifármaco en la isla de Malta que probó su eficacia y se reprodujo en todos los países.
Desde entonces se ha seguido aplicando el mismo tratamiento a las personas que contraen la enfermedad infecciona, los cuales pueden presentar alteraciones en la piel, deformaciones e incapacidades.
Aunque en el año 2000 se determinó la eliminación de la lepra como problema de salud pública, en los últimos 20 años se han registrado más de 16 millones de pacientes que han sido tratados con TTM.
En los últimos días se han reportado varios casos de la enfermedad en México, demostrando que esta enfermedad de hace siglos, aún afecta a cientos de personas en el mundo.