Cuándo la gente piensa en la lepra, es común recordar los pasajes de la Biblia que narran los encuentros de Jesús con los leprosos, y uno pensaría que esta fue erradicada hace mucho tiempo, como la viruela o la peste bovina.
Pero en la actualidad, esta enfermedad “bíblica” sigue afectando a 200 mil personas cada año. ¿Qué es la lepra, cómo se transmite y cuáles son los riesgos?
¿Qué es la lepra?
La lepra es el nombre histórico de lo que hoy se conoce como enfermedad de Hansen, así rebautizada por Gerhard Henrik Armauer Hansen, el científico noruego que en 1873 descubrió la bacteria responsable de causar esta enfermedad, Mycobacterium leprae.
La bacteria puede provoca úlceras cutáneas, daño neurológico y debilidad muscular que empeora con el tiempo.
Sin embargo, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, esta enfermedad afecta principalmente a la piel, nervios periféricos, la mucosa de las vías respiratorias altas y los ojos.
A diferencia de la creencia popular, la lepra no es altamente contagiosa y tiene un largo período de incubación, por lo que saber cuándo se contrajo la enfermedad es complicado.
Para poder contraerla y desarrollarla es necesario que una persona sana conviva con otra contagiada por un período prolongado de tiempo, además de que se expulsen bacterias al hablar, toser o respirar.
La población de mayor riesgo son los niños, aunque la mayoría de personas que están expuestos a la bacteria de la lepra no la desarrollan, esto debido a que el sistema inmunitario es capaz de enfrentar a la enfermedad.
Desde el año 2000, la OMS considera a la lepra un problema de salud erradicado en todo el mundo (menos de 1 caso por 10 mil habitantes), aunque se siguen presentando casos como los que se han suscitado en México recientemente.
Tratamiento contra la lepra
En un principio la enfermedad fue atacada con dapsona, pero a principios de la década de los 60 se sumaron los medicamentos rifampicina y clofazimina.
Al conjunto de estas tres medicinas se le denominó tratamiento multimedicamentoso (TMM), mismo que es proporcionado de forma gratuita por la OMS desde 1995.