Una nueva ola de protestas en Estados Unidos se han desencadenado ahora debido a la decisión judicial de no imputar a los oficiales involucrados en el fallecimiento de Breonna Taylor de cargos mayores, incluso el único oficial acusado por el caso fue imputado por cargos menores.
Taylor era una trabajadora de la salud, técnica de emergencias, que estaba en su cama en su casa al momento en que la policía entró en su departamento para realizar un allanamiento como parte de una investigación por narcotráfico, y esto debido a que un juez había otorgado una orden ya que los investigadores sospechaban que el ex novio de Taylor (un traficante de drogas convicto) utilizaba ese domicilio como centro para recibir la mercancía que comercializaba.
A pesar de esa relación Breonna Taylor no contaba con antecedentes penales y al momento del operativo no se encontraron narcóticos en el domicilio de la afroestadounidense.
Al momento del operativo ella se encontraba con su novio Kenneth Walker, quien pensó que un intruso o el ex novio era quien entraba en su domicilio y de acuerdo con los investigadores realizó un disparo con su arma que tiene registrada de forma legal por lo que los investigadores decidieron accionar su armas en 20 ocasiones y aunque Walker resultó ileso de este tiroteo Breonna Taylor recibió seis disparos, siendo uno de ellos mortal, la joven de 26 años falleció en el pasillo de su apartamento, de acuerdo con el abogado de la familia.
Fue el miércoles cuando el gran jurado tomó la decisión de acusar al agente Brett Hankison de tres cargos relacionados con “conducta temeraria” por poner en peligro a los vecinos con los disparos que efectuó en el operativo que se realizó el 13 de marzo, sin embargo no se estableció ninguna acusación alguna por la muerte de Breonna Taylor por lo que los tres policías involucrados, Hankison, Jonathan Mattingly y Myles Cosgrove, habrían sido exonerados del delito, a pesar de que un análisis arrojó que fue una bala disparada por el detective Myles Cosgrove la que quitó la vida a la joven.
Al respecto del caso el fiscal general de Kentucky, Daniel Cameron, ofreció una conferencia donde hablo de esta decisión: “Este es un caso devastador. No hay nada que les pueda ofrecer [a los seres queridos] que pueda hacer desaparecer el dolor y la angustia de perder a una hija, una sobrina, una hermana y una amiga”.
Afirmó además que tanto Mattingly como Crosgroove estaban “justificados para protegerse” y por eso no pueden imputarles cargos penales.
Del mismo modo Cameron (primer fiscal general afroestadounidense de filiación republicana) declaró que si se actúa por simple emoción y rabia no se hace justicia asimismo dijo que todavía el Buró Federal de Investigaciones (FBI por sus siglas en ingles) está investigando posibles violaciones a la ley federal en el caso.
La indignación que se produjo por esta decisión judicial provocó diferentes manifestaciones contra la impunidad policial en los casos de abusos de oficiales contra afroestadounidenses tanto en Lousville (ciudad en la que vivía Taylor), como en diferentes puntos de Estados Unidos como Nueva York, Washington, Atlanta y Chicago.
Acciones por las que en Lousville se declaró el estado de emergencia y se desplegaron fuerzas de la Guardia Nacional y la Policía Estatal, además de que el alcalde Gregor Fisher, estableció un toque de queda de las 21:00 a las 06:30 horas del tiempo local que aplicará durante 72 horas.
Estimado lector ¿qué opina de los casos de violencia policial contra afroestadounidenses?