Murilo Kuschick[1]
[1] Profesor-Investigador, Departamento de Sociología UAM-Azcapotzalco.
Max Weber, uno de los principales sociólogos del siglo XX había establecido un conjunto de proposiciones con respecto a la acción en los ámbitos de la sociedad, así como una clasificación de las formas de la dominación, esto es, como los individuos pueden ser sometidos y conducidos a ciertas modalidades del actuar.
Entre las de formas de la acción había planteado que los sujetos en la sociedad moderna estarían imbuidos a actuar en términos de los principios de la acción racional instrumental en donde nuestro accionar nos conduciría a realizar acciones en donde el principio central es la de actuar en función de cierto tipo de fines, como pueden ser la búsqueda de cierto tipo de objetivos como la persecución de la felicidad, la obtención de una carrera, un mejor empleo, etc. Frente a estos fines el sujeto que los persigue buscaría el medio más idóneo estableciendo así una relación medios/fines y un cálculo si la obtención de dicho resultado tiene un costo muy alto, por ejemplo, si para lograr mis resultados implica sacrificar horas de sueño en aras de obtener una vida saludable haciendo ejercicio es posible que el sujeto hago el esfuerzo con tal de obtener dicho resultado. De la misma manera podemos intentar buscar obtener no sólo un mejor nivel de vida, sino lograr la justicia, lograr disminuir los niveles de corrupción, la inseguridad, etc.
En función de éstos objetivos el ciudadano podría votar o escoger a un candidato que no va de acuerdo con sus convicciones político partidarias pero representa la consecución de estos fines de ahí que votaría por él. Estos son algunos de los ejemplos de porqué los ciudadanos hacen e hicieron en el pasado cercano cierto tipo de elecciones y votaron por ciertos candidatos y partidos si éstos les habían propuesto algún tipo de solución que va de acuerdo con sus afectos, sentimientos y/o tradiciones.
Estos esquemas y propuestas permiten plantear un modelo, “tipo ideal” los va a llamar Weber para poder explicar el comportamiento de los seres humanos y cómo su accionar está construido alrededor de un conjunto de motivaciones de los más elementales, las cuáles no siempre son conscientes las personas. De ahí que podamos deducir que la aceptación/rechazo de ciertas políticas o de ciertos políticos puede estar ligado a este conjunto motivaciones.
¿Por qué planteamos esto? Cómo podemos explicar la adhesión que tuviera la población por un lado al PRI por más de 70 años y luego se dirigiera al Partido Acción Nacional y ahora a Morena en la búsqueda de algunas metas, propósitos de parte de la población por alcanzar, si no la felicidad por lo menos mejores niveles de vida, seguridad, empleo, mejores niveles educativos o propósitos más altruistas, el combate a la pobreza y a la desigualdad. Este tipo de proyectos podrían lograrse con distinto tipo de liderazgos legales, tradicionales o carismáticos.
Mediante esta teoría queremos explicar el comportamiento de los ciudadanos que habían votado en el 2018 por el candidato de Morena y aún lo siguen apoyando y buscando qué mediante él se logren las propuestas y las políticas públicas, como vemos la continuidad en el apoyo a AMLO tal como lo han mostrado algunas encuestas en los últimos días, pese a que los resultados no son visibles lo que sí es visible es la evaluación del desempeño gubernamental, en donde la mayoría de los entrevistados en las encuestas de El Financiero ven que la salud pública, la economía y la seguridad muestran resultados negativos, pero pese a esto siguen apoyando al presidente. Es probable que aún le quieran dar una oportunidad o no se le pueda sacar de la oficina; sin embargo, probación ha ido a la baja, aun cuando volvió a subir en el mes de abril.
Si tomamos en consideración éstos numeros y pensando en términos de la una elección intermedia en el 2012 y un voto por la revocación de mandato en el 2022, si bien muchas cosas aún pueden suceder, lo que vemos es que la aprobación del gobierno de AMLO ha descendido, aun cuando cuenta con una gran apoyo popular; empero no sabemos si este epoayo su persona pueda materializarse en votos para su partido, ya que como podemos apreciar en la gráfica 3, pese a que el ptresidente aun mantenga alto nivel de aprobación de su mandato, esta aprobación no se dirige a su partido, por tanto encontramos dos racionalidades distintas una la que se dirige al presidente y otra a su partido. De ahí que si bien es poco probable, sólo alguna catástrofe mayor de la que estamos viviendo o el auemto de sus efectos es poco probabble que la población revoque el mandato del presidente, pero también es poco probable que Morena alcance la mayoría en la Cámara el proximo año.
Gráfica 3. Encuesta abril 13, 2020 Periódico El Financiero
