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jueves, septiembre 19, 2024

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¡Cuánto peor mejor!

Murilo Kuschick[1]
[1] Profesor-Investigador, Departamento de Sociología, UAM Azcapotzalco [email protected]

“¡Cuánto peor mejor!” es una frase muy conocida en los ámbitos de la izquierda revolucionaria que es atribuida a León Trostky, el cual como es de  todos conocido, vino a morir a México a consecuencia de la persecución que Josef Stalin le hiciera acreedor en la época posterior a la Revolución Rusa que tuviera en ambos personajes  una principal  e importante participación en la definición de su proyecto, mientras que  León  Bronstein (su verdadero nombre) planteaba  la idea de la revolución permanente y su exportación a todos los rincones del mundo,  Josef Stalin (Ioseb Besarionis)  buscaba profundizarla en el territorio de la Unión Soviética y después de su fortalecimiento lograr  la exportación del modelo.

Así a partir de la muerte de Lenin se va  a generar una gran disputa que está sí será exportada a todas las latitudes en donde hubiera o existiera alguna célula o alguna organización comunista que planteaba la tan deseada revolución y la llegada del proletariado al poder, organizado y dirigido por las élites comunistas,  y es claro que para la obtención de este propósito había que acelerar las contradicciones del capitalismo. De ahí la idea que se expresa en esta frase con la  que hemos abierto nuestro artículo; sin embargo,  si antes de la revolución las malas noticias son un elemento central para que las masas se sumen al proceso revolucionario, cuando este finaliza y si hemos llegado a la toma del poder como sucedió en Rusia es imperativo que la situación cambie de signo y ahora son necesarias las buenas noticias  y de cómo se logra en un el  menor plazo posible acceder a la tierra prometida o sino al paraíso del proletariado. Y si no se llega de hecho hay que hacerlo de derecho o hacer creer a las masas que tal proceso es posible y que mediante la propaganda y el manejo de los medios de información llegar a este happy ending.

La llegada al poder de  la 4T  suscitó en las masas y en la sociedad mexicana en general una gran expectativa de  que los deseos y los  propósitos de cambio social que estaban ligados a la elección de López Obrador (LO) podrían no ser sólo enarbolados, sino llegar  a hacerse realidad; empero, sea por un motivo o por otro tal propósito se ve lejos de alcanzarse, pues lograr  no sólo el  combate a la pobreza, sino generar las condiciones para su  desaparición se antojan una buena iniciativa, como la que  había planteado Lenin en uno de sus trabajos “Una Gran Iniciativa: los sábados comunistas”, en donde alababa una iniciativa que vino a la luz en los patios del ferrocarril ruso por parte de algunos de los obreros de  laborar, los sábados (sin paga) y lograr así aumentar la productividad y llegar con mayor rapidez al socialismo. Este impulso va a generar en Lenin la idea de  establecerlo en todo territorio soviético  ya no como  trabajo voluntario, sino obligatorio.

A Lo, no se le ha ocurrido generar los sábados comunistas o la obligatoriedad de entregar días de trabajo a la causa por la edificación de la nueva sociedad a que aspira, sino que ha buscado por otros medios, como el hecho de que a la burocracia, le sean disminuido sus sueldos, prerrogativas y  suprimidos sus  gratificaciones de fin de año, el –aguinaldo-, a otros como los investigadores  que tienen becas del CONACYT  que donaran algunos meses de sus becas, a los  dueños de empresas les invitó a comer tamales de chipilín y les pasó la charola, antes de la llegada del Covid-19, para la famosa rifa del avión, que finalmente ya no se rifó, por tanto el propósito de acceder  a sus programas que no de combate a la pobreza sino de redistribución del ingreso mediante el masivo proceso de  repasar  parte de los impuestos que tiene a bien el SAT en recaudar a las grandes mayorías del país, con los cuales busca  que el 70% de los hogares  pobres y  de pobreza extrema obtengan un ingreso. Es importante advertir que todos los gobiernos de la época priísta  con mecanismos similares han intentado combatir la pobreza empezando por López Portillo que quería que los mexicanos aprendieran a  administrar la abundancia  con el mecanismo de COPLAMAR;  con menos recursos De la Madrid Hurtado continuó dicho proceso, pero con la brillante idea de generar una Revolución Moral de la sociedad, como LO ahora y su economía moral o la Nueva Economía.  Salinas de Gortari creó el programa de Solidaridad,  Zedillo, Progresa que luego fue sustituido por Prospera y en la actualidad todo el conjunto de becas, las cuáles comenzó en el antiguo Distrito Federal con el reparto de las tarjetas del Bienestar. Para los adultos mayores.

Ahora LO ha implementado toda una gama de programas  que van desde la beca para los jóvenes, para los adultos mayores,  personas con capacidades diferentes,  campesinos y un  largo etcétera.

Finalmente, lo que tenemos es una larga experiencia del estado Mexicano en sus programas asistenciales y volcados a  combatir a la pobreza en el país que han mostrado una y otra vez después  de más de cincuenta años de intentos que es probable que la  fórmula de  distribuir el ingreso y hacer que esta parte importante de la sociedad tenga condiciones de aumentar la demanda de cierto tipo de productos.

¿Ahora bien será esta la mejor forma de combatir a la desigualdad? La experiencia de más de 50 años del estado mexicano muestra que dicho modelo ha sido un fracaso y las experiencias en otras latitudes como Corea u otros países asiáticos o Finlandia  han  sido más  exitosas, ya que no insistieron en la  redistribución del ingreso por medio del regalar, sino que más bien mejoraron las condiciones de su sistema educativo,  un esfuerzo que supone dotar a la población de un conjunto de habilidades, conocimientos y de  ética, lo que implica esto si una verdadera revolución en las condiciones de vida de la población.

La mejoría que propone LO, finalmente,   si bien modifica los ingresos de sectores de la población se sostiene en las creencias y los valores tradicionales de la cultura popular que si bien es ensalzada por LO y planteada como una cultura milenaria y el sostén del pueblo,  si bien no muestra que el pueblo no sea sabio y conocedor  no se postula como ligado a una nueva ética, una nueva moral pública y privada en donde no sólo vamos hacer uso de los ingresos  para su manutención, lo que es de por sí muy loable, sino que  estuviera ligado a una capacitación que  procurara que el pueblo  obtuviera  nuevas habilidades, conocimientos y una ética y moral que nos llevara a alcanzar el entendimiento de un verdadero cambio, pues, simplemente acceder a la sociedad de consumo solamente hace que los ingresos pase de las manos de los pobres a la de los tan odiados capitalistas, que si  bien posibilita una mejoría entre las masas, a largo plazo no será más que esto un mejor ingreso, una redistribución del mismo, pero no un verdadero cambio en las condiciones de vida de la mayoría de la población.

Por lo tanto para que todo mejore y no empeore, no sólo hay que lograr mejorar el ingreso, sino las habilidades, los conocimientos de la población, y la generación de empleos en una economía cuyo crecimiento fue cero en el año 2019, (y   parece encaminarse a otro decremento en el 2020, pero pese a esta nulidad, el pueblo es y será muy feliz.

Erre&ErreRedacción
Erre&ErreRedacciónhttp://www.mexicoahora.com
Lic. en Sociología. Editor de noticias. Con amplia experiencia en servicios de contact center.

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