Grandes mansiones vacías, propiedades de lujo donde el pasto y la maleza ha crecido con los años, paredes con agujeros de bala y ranchos que incluyen hasta un auditorio para grandes eventos: así son por dentro las casas de los narcotraficantes incautadas por las autoridades.
El gobierno mexicano, encabezado por Andrés Manuel López Obrador, dio a conocer las fotos del interior de algunas de las propiedades incautadas durante varios años a los capos del narcotráfico y las dio a conocer para poder subastarlas.
La que inmediatamente resaltó entre sus pares fue la propiedad que perteneció a Carlos Montemayor González, suegro del narcotraficante Edgar Valdez Villarreal, mejor conocido como “La Barbie”: el rancho llamado “Los Tres García”.
El lugar es imponente: además de la casa en su interior, cuenta con un “palenque”, un auditorio donde caben más de un centenar de personas, y cuyo centro se usa para conciertos, jaripeos y exhibiciones de charrería y otras cosas.
Otra de las propiedades de lujo que destacaron fue la conocida como “Rancho Leonero”, ya que en este punto se localiza la residencia de lujo del narcotraficante, Francisco Javier Arellano Félix, alias “El Tigrillo“, en Los Cabos, Baja California.
Para entrar a la propiedad en el lote 1 del Fraccionamiento Campestre, se debe llegar a un letrero localizado sobre la carretera federal que avisa sobre un recorrido de 8 kilómetros plagado de calles arenosas y en las que se asienta la mansión.
Ésta cuenta con playa, alberca, acabados de lujo y pese al abandono del inmueble, no cuenta con daños. Tiene una superficie de 859 metros cuadrados y escrituras con posesión.
Los últimos días de libertad los vivió ahí, hasta su detención el 16 de agosto de 2006 por la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA).
Otra de las propiedades de los Arellano Félix, en este caso Eduardo, también dejó una casa que fue incautada por el gobierno tras un intenso tiroteo donde fue capturado en 2008.
En el interior, se puede apreciar una pared que recibió un intenso intercambio de balas. El lugar ha estado abandonado desde que fue recuperada por el gobierno mexicano.
Sin embargo, dos de las casas más famosas y de las que se esperaba un buen ingreso no pudo ser vendida: las que eran propiedad de Raúl Flores Hernández, conocido como“El Tío” y vinculado al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Ambas propiedades, ubicadas en Morelos –una en Cuernavaca y otra en Jiutepec– fueron desairadas por los potenciales compradores por la misma razón por las que no se lograron vender otras tantas: por temor a las represalias de quienes están ligados a los antiguos propietarios.
La subasta del gobierno de López Obrador:
El gobierno mexicano subastó este domingo una serie de propiedades que pertenecieron en su momento a narcotraficantes. Sin embargo, obtuvieron apenas unos USD 3 millones, la tercera parte de su meta original que pretendía reunir para destinarlos a municipios pobres del estado de Guerrero.
En 18 de los 27 inmuebles ofertados, la subasta fue declarada desierta y por los nueve que fueron vendidos se pagaron un total de 56,6 millones de pesos (unos USD 2,9 millones) informó en un boletín el Sistema de Administración y Enajenación de Bienes (SAE).
El objetivo de la subasta, celebrada en la antigua residencia presidencial de Los Pinos, ahora transformada en centro cultural, era reunir al menos los 168,5 millones de pesos ( USD 8,8 millones) del precio de salida de los 27 inmuebles.