Ayer se supo, en la ultima sesión del juicio de Keyth Raniere, que el “lider espiritual” fue encontrado culpable de todos los cargos que se le imputaron; tráfico sexual, abuso, fraude, robo de identidad y trabajos forzados.
Hombre con suerte Emiliano Salinas, hijo del ex presidente mexicano Carlos Salinas de Gortari, gran amigo y discípulo de Raniere, quien, con fuertes vínculos, dirigió por años “los negocios” de Keith Raniere en México y salio prácticamente ileso durante el juicio.
El Fiscal destacó en sus conclusiones que el grupo de auto-ayuda cobijado por la empresa NXIVM, en realidad operaba como una secta, que lavaba el cerebro a sus miembros y marcaba con un logotipo formado por las iniciales del acusado, a las esclavas sexuales, sólo para el placer de Raniere.
Además, forzaba a sus integrantes a tener relaciones sexuales con el ahora convicto, quien sostuvo encuentros de este tipo con una menor de 15 años de edad e inclusive tomó fotografías explícitas del hecho.
La defensa basó su argumentación en que Raniere jamás hizo algo de manera intencional o criminal, y que todas sus relaciones sexuales fueron de forma consensuada.
La sentencia contra Raniere será dictada el próximo 25 de septiembre, pero la defensa anunció que va a presentar una apelación. La pena de prisión puede ir de los 15 años a la cadena perpetua.
El hijo del ex presidente dirigía en México los cursos de ESP o Executive Sucess Programs, una empresa diseñada por Raniere, también conocido como Vanguard, para dar cursos de superación personal con carácter piramidal y en la que se le rendía culto de manera obligatoria.
¿FIN DE UNA SECTA?
En una escala piramidal, alguien tiene que ceder al Líder si este resbala. ¿sera Emiliano, el impune, quien tome la batuta? ¿Podrá la justicia estadounidense destruir esta secta finalmente?
Una cosa es segura, el apellido Salinas tiene poder fuera de nuestras fronteras.