Raymundo Pérez llevaba días pidiéndole al director de la Fuerza Antisecuestros (FAS), Luis Felipe Valdez, que le brindara protección, pero no recibió respuesta. Las constantes amenazas que tenía por denunciar las extorsiones que sufrían los comerciantes del Centro Histórico, era lo que temía. Sin embargo, el viernes por la tarde, fue la última ocasión en que pidió esa ayuda… unas horas después lo acribillaron afuera de su casa.
“El viernes estuvo ahí en sus oficinas pidiéndoles que le pusieran seguridad, que lo cuidaran, que estaba muy amenazado. Pero no le hicieron caso, le dijeron que regresara luego. Y mire ahora, ya lo mataron”, relató este domingo uno de sus familiares.
Tras su ejecución, la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México (PGJCDMX) ahora sí, le envió seguridad a su esposa.
Un grupo de agentes del Grupo Especial de Reacción e Intervención (GERI) fue dispuesto para cuidarla a ella y a su hijo. Pese a ello, la mujer temía acudir a los funerales ayer.
Raymundo Pérez era líder de comerciantes desde hace años. Hace tres semanas denunció que buscaría conformar un grupo para defenderse de las extorsiones que sufría por parte de un grupo criminal que opera en distintos puntos de la ciudad.
La última denuncia que puso por ese delito, fue presentada en la Fiscalía de Cuauhtémoc, pero de ahí la enviaron directamente a la FAS, donde se trabajan las extorsiones.
A esas oficinas, ubicadas en Azcapotzalco, Raymundo Pérez acudía de manera constante para solicitar protección por las amenazas que recibía.
La respuesta que le daba el comandante del área, Luis Felipe Valdez, era que ya estaba en trámite su solicitud y que estaban esperando les enviaran personal para cuidarlo, aseguran ahora sus familiares.
La realidad es que nunca le pusieron protección. Iba y venía solo en su automóvil.
“Le decían que ya estaban en eso. Que no se los habían autorizado aún, pero que ya están viendo, que regresara luego”, contaba ayer un integrante de su familia.
La esposa de Raymundo Pérez estuvo el sábado en las instalaciones de la Fiscalía en Gustavo A. Madero, la cual investiga ahora el asesinato de su esposo. Ahí reclamó, le gritó una y otra vez al personal, por la falta de protección que ahora, tiene a su esposo muerto.