Más de 36 mil “me gusta” tiene la publicación en Instagram de la joven argentina Aneley Torrico, que muestra un antes y un después en su posición frente al aborto.
¿Qué hizo a esta millennial de 19 años cambiar el pañuelo verde por el celeste provida?
El 1 de marzo Aneley publicó en su cuenta de Instagram una imagen dividida en dos: a la izquierda se muestra ella posando con el pañuelo verde característico de la Campaña Nacional por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito; mientras que a la derecha se le ve con el pañuelo celeste que usan las agrupaciones provida.
“Como verán en una foto estoy a favor del aborto, y en la otra ya no. Pero no solo esa es la ‘gran diferencia’ sino la abismal diferencia está en mi sonrisa, en cómo me sentía yo y el cómo me siento ahora”, escribió la joven en la descripción de la imagen.
Confesó que “aunque en la foto que tengo el pañuelo verde estaba sonriendo y ‘feliz’ porque estaba luchando por el derecho a las mujeres, dentro mío sentía un enorme vacío, dentro mío me sentía la peor persona del mundo, dentro mío había miles de complejos e inseguridades, me sentía cada vez peor”.
“Iba a las marchas y me sentía la mujer más empoderada del mundo, leía sobre el feminismo y sentía que podía hacerlo todo. Pero cuando llegaba a mi casa y me quedaba sola en mi cama, ese vacío volvía. Lloraba y me autoconsolaba diciendo que todo esto iba a pasar, que algún día me iba a levantar y sentirme hermosa e inteligente, pero no pasaba, nada pasaba”.
En medio de esta situación, la joven relató que “algo en mi vida cambió, un día me levanté y me veía hermosa tanto por dentro como por fuera, un día me levanté y todos esos complejos se habían ido, un día me levanté y era realmente feliz y plena”.
“Y no fue por mi voluntad humana, sino porque lo conocí a Él, porque conocí a Dios y desde ese día soy una persona nueva. Desde ese día entiendo lo importante que es mi vida, desde ese día entiendo lo importante que es la vida de cada uno de nosotros”, escribió Aneley.
“Dios es un Dios de amor -continuó la joven-. No es ese Dios el que la mayoría de la gente piensa que castiga, que prohíbe, todo lo contrario, él es paz, él es vida. Y lo más importante de todo es que nos ama con todo su corazón”.
“Con esta publicación mi idea es hablarle a esas personas que sienten que no vinieron a aportar nada en este mundo, déjame decirte que tu vida vale mucho, que no importa lo que la gente te haya hecho creer, no importa cuán insuficiente te sentís, hay un Dios que te ama y tiene un propósito enorme para tu vida”, concluye su publicación.
La publicación de la joven de la ciudad de Rosario provocó comentarios a favor y en contra, además de fuertes burlas de los usuarios a favor del aborto.
Conversión
En entrevista con ACI Prensa, Aneley señaló que su publicación surge de la convicción de que “este es un año en donde hay que alumbrar la vida de cada joven y persona que está lejos de Dios”.
La joven explicó si bien creció en una familia evangélica, “con el pasar del tiempo me aparté porque sentía que no era para mí y tampoco sentía nada”. Esto hasta noviembre de 2018 cuando la invitaron a un campamento cristiano en San Carlos de Bariloche.
Al principio se negó porque “estaba muy en contra sobre lo que la ‘iglesia establecía’, pero después de pensarlo dije que no me tendría por qué perder un viaje por tener pensamientos distintos”.
La joven recordó que la primera noche les hablaron sobre el “alma fragmentada” y que eso le impactó. “Cuando la escuchaba no podía parar de llorar, sentía algo dentro mío muy difícil de explicar, cuando me di cuenta estaba de rodillas llorando. Al otro día tenemos otra reunión y también tuve una experiencia similar”.
“Cuando llegué a mi casa era otra persona.Mi encuentro con Él fue lo mejor que ha pasado en mis 19 años. Nunca había sentido esa paz, ese amor. Es la mejor aventura que alguien puede emprender”, aseguró.
Respecto a su posición frente al aborto, Aneley explicó que cuando estaba a favor “pensaba más que nada en el derecho de la mujer, no me enfocaba tanto en el niño, sino en la decisión que quería tomar la mamá, porque sentía que ella tenía la libertad de decidir cuándo era el tiempo de tener un bebé, y que si ella sentía que no entonces estaba bien”.
“Ahora entiendo que cuando Dios te manda un hijo es una bendición, que no son tus tiempos sino sus tiempos, que todos somos propósito de Él sin importar la circunstancia en que te encuentres, sea económica, o con un padre ausente”, sostuvo.
“Si realmente crees en Dios vas a tener su respaldo, Él te va ayudar y va a darte las fuerzas para que ese niño crezca en buenas condiciones y con amor”, concluyó la joven.