Mexicanos expanden el odio por la red; celebran la muerte y la tragedia

Decenas de personas han muerto el día de ayer y se espera que el numero aumente conforme se limpie el área de la zona de la tragedia, en Hidalgo.

Ademas de los acaecidos, otras varias decenas de personas tienen heridas de gravedad en su cuerpo, lo que cambiara sustancialmente el rumbo de sus vidas, en caso, espero, de sobrevivir.

Lo que vimos anoche de la tragedia es un exceso. No hablo de la acción de robar, que es una practica cotidiana en nuestro país, sino de la inconsciencia y de la vil tontería que representa estar en una zona de donde salia combustible sin control, bañando los cuerpos de las personas, poniendo en riesgo sus vidas.

Mujeres y niños, hombres y ancianos, todos extasiados por tomar la gasolina que salia cual fuente de los deseos buscando con ella ser menos pobres, menos jodidos de lo que estamos.

La historia no es nueva pero no por eso es menos dolorosa. No es tiempo de burlarnos, de decir te lo dije, o de juzgar a nuestros hermanos, y sin embargo, las redes sociales están llenas de odio, de burla, “y de actos de justicia”.

Lo cierto es que si el discurso del presidente Andrés Manuel es verdadero no hay exigencia menor que la de pedirle llevar ante la justicia a los verdaderos culpables de la tragedia del huachicol, no solo del accidente de ayer, sea quien sea y desde la altura de la que tengan que caer.

Juan 8:1-7

Al amanecer aquel día Jesus se presentó de nuevo en el templo. Toda la gente se le acercó y él se sentó a enseñarles. ³ Los maestros de la ley y los fariseos llevaron entonces a una mujer sorprendida en adulterio, y poniéndola en medio del grupo ⁴ le dijeron a Jesús:

—Maestro, a esta mujer se le ha sorprendido en el acto mismo de adulterio. ⁵ En la Ley, Moisés nos ordenó apedrear a tales mujeres. ¿Tú qué dices?

⁶ Con esta pregunta le estaban tendiendo una trampa, para tener de qué acusarlo. Pero Jesús se inclinó y con el dedo comenzó a escribir en el suelo. ⁷ Y, como ellos lo acosaban a preguntas, Jesús se incorporó y les dijo:

—”Aquel de ustedes que esté libre de pecado, que tire la primera piedra.”