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Viven fiesta de música y civismo; 212 Barcel

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Viven fiesta de música y civismo; 212 Barcel
Adriana Luna / Corresponsal

GUADALAJARA.

Padres, hijos, abuelos, tíos; todos acudieron a la cita en avenida Chapultepec para asistir al 212 Barcel. Todos en una misma fiesta; repartían saludos y abrazos, bailaban juntos y cantaban al unísono. Todos disfrutando de 25 artistas locales —nacionales y extranjeros— en cuatro escenarios a lo largo de 2.5 kilómetros. Es un festival de civismo, de convivencia social, que tiene como pretexto la buena música.

Artistas como Siddhartha se reencontraban con los suyos.

“Tío”, grita una pequeña de unos ocho años de edad mientras corre con los brazos abiertos para abrazar a Siddhartha, quien acababa de bajar del escenario. El tío la abrazó cariñosamente, besó su mejilla y la cargó en sus brazos.

Siddhartha, exintegrante de Zoé, aún no terminaba de recuperarse del cúmulo de recuerdos porque fue precisamente el escenario del 212 RMX donde el público lo conoció como artista. Anoche, miles de almas se volcaron en cariño para reconocer su talento, corearon sus canciones hasta quedar afónicas.

 

Torreblanca.

 

Mi primer concierto de vida, como Siddhartha, fue el 212. Todo es una fotografía, el cambio del tiempo. Lo que sucedió hoy es un reflejo del trabajo (se pone entre nervioso y emocionado, al grado que se le cae la bebida que tenía en la mano). Son un montón de pensamientos que vienen, no sé qué, de todo venía. Te pones muy sensible.

Se me venía el flashback de todo lo que ha sucedido para llegar aquí, son fracciones de segundos, no te puedes quedar ahí porque tienes que disfrutar lo que te está sucediendo. Es pensar que el evento también ha ido creciendo de la mano de las bandas. Nada es gratis. Hace unos años estuve aquí iniciándome, no me ha sido fácil, tampoco difícil, lo he disfrutado. El momento no es mal merecido, tampoco me aplaudo a mí mismo, es un proceso de 10 años”, dijo a Excélsior, todavía emocionado.

Por otro lado, en el escenario ubicado en Justo Sierra, la francesa Paprika Kinski estaba nerviosa, feliz, no sabía si el público la recibiría con beneplácito porque decidió portar un traje de charro, para decir un gracias a México. Esos sentimientos se borraron cuando los asistentes gritaron eufóricos.

 

Siddhartha.

 

Encontré el traje de charro en la Ciudad de México, lo vi y dije: ‘¡Wow, es muy lindo!’ Y pensé que vendría a Guadalajara, quise usarlo, así que pregunté a mis amigos si no sería ofensivo que yo lo usara porque soy francesa y no quería ofender a nadie. Cuando me lo probé, sentí temor, pero también tuve una sensación agradable, es como agradecer a la gente mexicana porque en verdad me encantan. Quien me lo vendió me dijo que, como soy mujer, necesitaba traer falda, pero le dije que no, que prefería el pantalón. Me miró, le parecía raro. Pero yo sabía que necesitaba brincar en el escenario.

México es muy diferente a Francia, me gusta comer, me gusta la cultura, me siento como en mi casa. El recibimiento me sobrepasó, me emocioné, no lo esperaba. Sentí una gran conexión. Es ver a gente diversa. Todos salen a la calle a escuchar música. Sé que algunos no me conocen, pero espero que la hayan pasado bien”, comentó Paprika Kinski.

La música logra la unión sin importar cuál sea el lenguaje que hablemos, reconoció la cantante extranjera “por ejemplo, Francia y México son muy diferentes, pero la música conecta a las personas. Este lunes regreso a Francia y oficialmente regreso a México en marzo de 2019”.

En los distintos escenarios sólo se sumaban las manos, los locutores de RMX igual recibían a los artistas, como se encargaban de detalles de organización. Nacho Lozano acomodaba bebidas y botana en las mesas de los camerinos y por otro lado, Karina Michel preguntaba si alguien necesitaba hidratarse. Lo importante era que todos disfrutaran del evento.

Siete horas de música transcurrieron sin sentirse, en la glorieta Niños Héroes la fiesta terminó con los éxitos de los argentinos Babasónicos y los ingleses Editors.

 

Babasónicos. Fotos: @RMXradio

 

FIESTA DE CIVISMO

En esta edición del 212 Barcel fue evidente la cordialidad mostrada por alrededor de 130 mil asistentes, a pesar de lucir abarrotado el Paseo Chapultepec había lugar para transitar por las orillas, las personas se cuidaban, se acompañaban, bailaban sincronizados como si tuvieran una larga amistad de por medio, aunque tenían segundos de conocerse.

Todos disfrutamos de la música. Es gratuita. Podemos dejar a nuestro hijo de 16 años de edad para que recorra todo el Paseo Chapultepec, no nos preocupa porque sabemos que está seguro. Me gustaría ver también a artistas de mi época, a Café Tacvba, la Maldita Vecindad; que pusieran alguna para los ruquitos, jóvenes de la segunda y tercera edad”, comentó Rosana Palma, entre risas.

Por otro lado, el locutor de Radio UdeG, Edgar Pineda, se dijo sorprendido de cómo los tapatíos han aprendido a convivir con el 212 en el espacio público respetando al otro, “me gusta la fiesta cívica que están teniendo, respetan los espacios, está lleno de gente frente a los escenarios, pero al mismo tiempo tienes tu propio espacio.

En las banquetas hay un espacio para que la gente pueda pasar. Es aprender a convivir todos, podemos ser una sola audiencia, pero respetando al que está al lado. Como dijo el Benemérito de las Américas, Benito Juárez: ‘el respeto al derecho ajeno es la paz’”.

 

Debuta en el 212 Barcel a los tres años de edad

La pequeña Claudia está a punto de cumplir los tres años de edad y anoche vivió su primer 212 Barcel. Para esta ocasión especial vistió una falda negra con calaveras, una playera negra con la leyenda rock star y botas oscuras. Claudia abría grandes los ojos, deslumbrada por la nueva experiencia.

Sus padres, Adriana y Rigoberto, amantes de la música de rock, tienen la tradición de asistir al evento año con año. Incluso, su noviazgo, que duró cuatro años, los cuentan a la par de sus recuerdos en 212. Hoy es la primera vez que viven un evento completamente familiar. Llegaron muy temprano para recorrer juntos cada escenario y disfrutar de la música de Babasónicos y la Gusana Ciega.

Yo escucho la estación RMX desde que inició y desde que supe que harían estos conciertos decidí venir. Después veníamos ella y yo (señala a su pareja) a todos los eventos. Luego nació la niña y siempre habíamos querido traerla a su primer 212, pero hasta ahora se nos hizo”, comentó a Excélsior Rigoberto Chávez.

Adriana y Rigoberto llevaron a su pequeña de tres años por primera vez al 212. Foto: Adriana Luna

 

Juan Pablo venció su fobia a las masas

Juan Pablo Yépez Vargas es maestro de preescolar, antes del 212 le era muy complicado asistir a conciertos musicales porque tenía fobia a las masas y también porque se traslada en una patineta al no contar con sus extremidades inferiores.

Tengo seis años participando como voluntario en el 212. Estoy desde el segundo 212. La música para mí es algo sumamente importante. La estación RMX y algunos locutores han llegado a ser parte de mi vida. Tenía un poco de fobia a las masas, participar como voluntario me permitió escuchar a artistas geniales, podemos decir que ya la vencí.

El 212 me permitió acceder a este tipo de eventos masivos. Los accesos a conciertos grandes, para personas con discapacidad siempre es difícil. No había cultura. Esto tiene poco. La avenida Chapultepec se presta, es un festival que piensa en todo. Todos cabemos, el libre acceso, el tomar las calles como sociedad, todos debemos ser incluidos, si no discriminamos a nadie no tendríamos que pensar en inclusión, simplemente que todos tengamos acceso. Es parte de la magia del 212”, añadió.

Como maestro de profesión, aplaude que niños pequeños puedan asistir al 212 Barcel con toda tranquilidad a disfrutar de música diversa.

Me llama, me atrae ver a niños disfrutando de buena música, de estar educando su oído, de convivir en familia, de saber que pueden salir a las calles sin miedo para participar en una fiesta. Soy director del preescolar Constancio Hernández Alvirde, en el municipio de Zapopan. Desde niños la educación es sumamente importante. La edad preescolar es primordial para que ellos puedan hacer sus amistades, cuando se inculcan los valores, salen del núcleo familiar para ser parte de un ente social.

La escuela es un laboratorio donde aprendemos no solo matemáticas, sino aprendizaje integral. Escuchar música abre los oídos. Los niños deben escuchar música variada, así como este festival”.

 

Juan Pablo es voluntario en redes sociales y venció su fobia a las masas. Foto:  Adriana Luna

 

Voluntariado en familia

Diana, con sus hijas Nicole y Nohemí Partida que tienen 12 años de edad, participaron en familia como voluntarias por tercer año consecutivo. Con una enorme sonrisa daban la bienvenida a los asistentes de avenida Chapultepec, mientras entregaban los programas con horarios y grupos participantes en el 212 Barcel.

Empezamos a escuchar RMX desde que ellas estaban muy chiquitas, tenían seis o siete años cuando me dijeron que querían venir. Es un concierto en familia. Todo es muy sano. Ellas querían vivir la experiencia de un concierto y éste fue el mejor lugar. Vieron el ambiente y dos conciertos después quisieron ser voluntarias. Éste es nuestro quinto 212 y es el tercer año consecutivo de voluntarias entregando flyers. Es estar libres, conviviendo con la gente. Sí cambia la perspectiva cuando ven que los niños ponen el ejemplo (de colaboración)”, externó Diana.

Un centenar de voluntarios participan en el 212 Barcel con su tiempo, energías y habilidades de organización, información y manejo de redes sociales.

 

La familia Partida disfruta ser voluntaria en el festival. Foto:  Adriana Luna


Source: Excelsior