La pequeña Emily Henson saltó a la fama tras robarle palomitas a uno de los herederos de la corona británica sin discreción alguna, mientras su embarazada madre seguía con atención uno de los eventos de los Juegos Invictus, la competencia paraolímpica para veteranos de guerra organizada por el Príncipe Harry y sus asesores.
Puede que les suene no sólo porque es un proyecto hermoso, sino porque Michelle Obama y el Príncipe Harry estuvieron gran parte del 2016 viendo quien podía conseguir el apoyo de la celebridad más “grande”.
Y digamos que Harry ganó. Por un poquito.
Pero a pesar de que el espíritu de los Juegos Invictus es uno de celebración y alegría, los competidores cargan con increíbles y dramáticas historias de superación.
David Henson era un ingeniero militar británico que aceptó la misión de encontrar y desactivar minas en Nad Ali, una pequeña ciudad de Afghanistan. Durante su trabajó pisó un explosivo y aunque lograron salvar su vida, debieron amputar sus piernas.
Antes de la invasiva operación que salvaría su vida, la armada congeló parte de su esperma para que pudiese tener hijos eventualmente.
Basta decir que por mucho tiempo no pensó en eso. De hecho le insistió repetidamente a su esposa, Hayley, que buscara a otra persona, alguien “completo” que pudiese hacerla realmente feliz. Fue un periodo que la pareja describe como “oscuro”, pero que sobrevivieron juntos.
Todo cambió cuando comenzó a correr.
10 meses después de sobrevivir lo impensable, David consiguió “prótesis externas de reacción dinámica”, también conocidas como running blades (“navajas para correr”) y comenzó la ardua tarea de volver a correr. También nadaba y pronto hasta participó en básquetbol en silla de ruedas.
El 2014 fue seleccionado para ser capitán del equipo británico en los primeros Juegos Invictus.
Pero todavía le faltaba algo, todavía tenía periodos de depresión que atravesaba con el apoyo de su esposa y su familia. La lucha los unió aún más y David pensaba que así sería el resto de su vida, un ciclo de victorias y caídas bruscas sin explicación.
Fue entonces que decidieron tener a Emily.
“Siempre estuvo conmigo, incluso el día de la explosión, pero no nació hasta cuatro años después.
Apenas llegó a nuestras vidas me di cuenta lo que me había hecho falta: ella”.
Según el atleta, tener a alguien que dependía tanto de él para “amarla, cuidarla, educarla y guiarla” le salvó la vida.
Desde los primeros Juegos Invictus, el Príncipe Harry ha sido testigo de esta conmovedora historia.
Los Henson son cercanos con el hijo menor de la Princesa Diana y lo describen como un hombre sorprendentemente simple y muy caritativo.
“Tiene amigos cercanos que acabaron heridos por servir a su país, así que todo esto es muy personal para él.
Cuando entras a una nueva familia de alguna manera— él tiene ese amor y esa devoción por esta familia. Su compromiso y su entusiasmo son muy reales”.
Ahora están esperando a su segunda hija y David está terminando un doctorado para especializarse en la fabricación de prótesis para personas como él.
David Henson considera a su familia su “gran premio”. ¡Y realmente se lo merece!
Source: UPSOCL