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martes, noviembre 12, 2024

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#WeyYa

Querido y aguzado lector, espero se encuentre bien. Hemos llegado al final del año; este año que está por demás decir ha sido difícil para todos. Este año que no deja de sorprendernos, pero no de buena manera.

Terminamos el año con cifras dolorosas, cientos de miles de muertos por la pandemia, no sólo en nuestro país, en el mundo ya son más de un millón de seres humanos que han sucumbido a este virus que se escapa por todos lados e incluso el más insignificante descuido puede significar la muerte. No dejemos de estar alertas, no bajemos la guardia ante este enemigo invisible, sigiloso y mortal.

Las autoridades continúan alertándonos de la peligrosidad y de los cuidados que debemos de tener y apelar a la consciencia de los que aún no cree en la peligrosidad de esta pandemia, aquellos que ignoran la corresponsabilidad, pues en su idea de que, o no existe el virus o que a todos nos va a dar, olvidan a quienes combaten esta enfermedad atendiendo a cientos de enfermos; hombre y mujeres que han dejado de ver a sus familias por el miedo de contagiarlos, trabajadores del sector salud que están agotados, que están estresados, que están tristes por no tener cerca a quienes aman. Que valerosos enfrentan esta pandemia. Y algunos dirán, es su trabajo, para eso los prepararon, esa es su vocación y sí, probablemente tengan razón, pero me parece injusto que bajo ese entendido, la gente aproveche para desentenderse y descuidarse pensando que es obligación de médicos y del estado prestarles la atención, una atención que cada vez es más limitada y no por no querer dársela sino porque cada vez son más enfermos, cada vez más las camas ocupadas, cada vez más las personas que creen que no pasa nada. #WeyYa.

Durante meses se ha incrementado la violencia, no sólo en las calles sino también en los hogares, miles de personas que han muerto, en especial las muertes por feminicidio, en todo el país no han cesado. También la violencia contra los niños, esos que no la deben en este mundo que les ha tocado vivir y que deberían de estar creciendo entre cuidados y amor, son los que terminan pagando por los trastornos psicológicos de los seres que les rodean; todo esto consecuencia del ambiente de incertidumbre y violencia que hemos generado y que también es una corresponsabilidad el poder erradicarlos. #WeyYa de tanto odio, violencia y desamor.

#WeyYa, está expresión que surgió para representar el hartazgo, el sufrimiento, el ya no puedo más, la forma de pedir descanso.  Ese hartazgo de la gente que no ve más allá de su entorno inmediato y no considera a los demás, hartazgo de tanta indiferencia de tanto engaño y descaro de la clase política para todos sus representados. Hartazgo de tanta injusticia, de tanta maldad entre unos con otros en el intento de sobrevivir. Sufrimiento por no poder ayudar a cuantos más se pudiera, sufrimiento de familias enteras por haber perdido a sus seres queridos en la batalla contra la pandemia o a consecuencia de la violencia, sufrimiento por tener que aguantar jornadas extenuantes y mal remuneradas e incluso en las que se pone en juego la vida. El ya no puedo más con la desfachatez, la saña, la malicia e indiferencia de tanta gente, el ya no puedo más de tantas madres y padres que lloran a su hija perdida, el ya no puedo más de los trabajadores de la salud que luchan cada día por llevar el pan a su mesa y por no dejar desamparas a tantas personas que buscan la salud y que quieren vivir.

#WeyYa de tanta irresponsabilidad, de tanta indiferencia, de tanta violencia. Es un difícil caminar, como decía al principio, pues las mismas condiciones mundiales dificultan el sobrellevar la situación que estamos viviendo, pero así también han surgido formas para aligerar la carga, ciertamente no todas están al alcance de todos, pero tal vez podríamos replicar muchas de ellas entre quienes lo necesitan. Sin olvidar cuan necesaria es también la justicia y no dejar pasar por alto ningún delito.

Estamos por vivir una de las fechas más importantes, en las que se ponía como centro del festejo el amor, el encuentro y convivencia entre los seres queridos, serán momentos distintos, pues este año muchos no podremos estar juntos; muchos en este año fallecieron, desafortunadamente otros estarán en un hospital y algunos preferirán la distancia en el amor, sí en el amor, pues preferirán no juntarse antes de poner en riesgo a sus seres queridos. Y creo que hoy deberíamos considerar también como un acto de amor el no reunirnos, sé que para nuestra cultura será difícil, pero seamos sinceros, muchas veces cuando se tenía la oportunidad de realizar estas actividades con libertad, no lo llegábamos a hacer, por qué ahora sí. Además ya hay muchas herramientas de las que podemos echar mano para acercarnos.

#WeyYa, que así como a los que parece no importarles, y a los que sí; todos queremos un día volver a vivir sin este virus coartando nuestra existencia, pero para que eso suceda TODOS tenemos que poner de nuestra parte, TODOS debemos cuidarnos.

Querido lector, disculpe usted lo vulgar y burda que puede ser la expresión #WeyYa, pero es utilizada con la mejor intención, sin afán de ofender a nadie y en la esperanza de que en su carácter de coloquial llegue la reflexión a todos.

Deseo que comience las fiestas, los días de descanso de la mejor manera, querido lector, con todas las medidas de cuidado necesarias, pues no está demás extremar precauciones y  aquellos que tienen que seguir laborando nos sigamos cuidando pues la lucha sigue.

Me despido con una frase del escritor Oscar Wilde que nos invita a esta reflexión de qué es lo que verdaderamente necesitamos en nuestras vidas; vivimos en una época en la cual las cosas innecesarias son nuestra única necesidad.

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