Buenas noticias para el señor Alejandro Blancas, un vendedor de dulces en el Centro Histórico de la Ciudad de México, quien creyó que le habían robado a su perrito llamado Sol, pero en realidad, todo fue una confusión y ahora están juntos de nuevo. 

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El señor es conocido en el Centro por tener un puesto ambulante de chicles y siempre estar acompañado de su mascota, quien ha crecido junto con él. Gran parte del dinero que gana, es para alimentar al pequeño Sol.

Hace unos días, se volvió viral la noticia de que su fiel amigo había desaparecido mientras que Alejandro lo tuvo que dejar solo un momento. Cuando regresó a los 20 minutos, Sol ya no estaba y muy preocupado empezó a buscarlo. Nadie vio qué pasó con el perro, así que supusieron que había sido robado, porque Sol conocía bien la zona y no se pudo haber extraviado ni movido por su cuenta.

Todo fue un malentendido

Durante una semana, muchas personas estuvieron ayudando a localizar al canino, pegando volantes en la ciudad y publicando su desaparición en redes sociales. El señor estaba desconsolado porque no aparecía su amigo de cuatro patas. Hasta que por fin dieron con él, Rubí García lo tenía en su casa y explicó la situación.

La mujer nunca tuvo la intención de robar al perro, al contrario, lo vio solo en la banqueta de la avenida y supuso que era un riesgo para él por la circulación de automóviles. Rubí pensó que era un callejero sin dueño, entonces lo recogió y lo llevó a su casa para brindarle un hogar. Su único objetivo era ayudar a un perrito abandonado.

Resulta que este abuelito estaba en la calle y no pude dejarlo a su suerte. Es pequeñito y muy tranquilo”, escribió Rubí en su cuenta de Facebook, el día que lo encontró.

La verdad salió a la luz

Días después, al pasar por el mismo sitio, García descubrió que Sol era una mascota con dueño, quien lo buscaba desesperado. Entonces, se puso en contacto con los familiares de Alejandro para hacerles saber que el perro estaba en buenas manos y que ella estaba dispuesta a devolverlo. Y así lo hizo.

“Lo reitero estoy triste y feliz, pero ya entregué a Sol a su dueño. Me quedo contenta porque hice lo correcto, se aclararon las cosas. Me mencionaron una recompensa la cual dije ‘no gracias’, pero qué mejor recompensa que el haber tenido a Sol en mi hogar”, mencionó ella cuando fue a entregar al perrito. 

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El reencuentro entre Alejandro y Sol fue muy conmovedor, ambos se mostraron felices de volverse a ver. Finalmente, el señor quedó muy agradecido con la mujer por haberle regresado a su querido amigo.