Aunque las redes sociales han cambiado, en algunos casos mejorado la comunicación, la innovación, la tecnología, el conocimiento, la economía y el entretenimiento de la humanidad, por desgracia, al usarlas en exceso pueden ser adictivas y afectar diversas áreas de la vida de los niños como el crecimiento emocional, cognitivo y afectar su salud, aseguró la Dra. Ma. del Rocío Reyna Camarillo, Directora del Colegio Lomas del Valle Campus Acueducto, de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG).
Durante su conferencia virtual “El uso de redes sociales en la infancia”, del programa de Escuela para Padres, “La sublime tarea de ser padres” de la UAG, dio a conocer que, según información dada en junio del 2020, por la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH), seis de cada 10 niños mexicanos entre los seis y 11 años de edad tienen acceso a Internet y utilizan redes sociales.
“Las redes están diseñadas para que los usuarios pasen el mayor tiempo posible navegando en ellas. Ofrecen sugerencias sin fin de entretenimiento y diversos productos, se actualizan constantemente y atraen la atención de todos; así pues, las notificaciones de cosas que están pasando nunca terminan; se puede etiquetar a personas y los likes son los que mandan, lo que puede afectar la percepción de las personas sobre sí mismas y su autoestima; incluso los puntos suspensivos, mientras alguien contesta, generan ansiedad”, dijo.
La naturaleza de las redes sociales puede afectar de manera significativa a los niños y jóvenes en una de sus etapas más importantes de su desarrollo personal ya que ofrecen experiencias, productos y contenidos que los atrapan, muchas veces gratis ya que viven de la publicidad que las habita.
Comentó que pueden afectar su autoestima, atención, concentración, capacidad de aprendizaje, pensamiento y hasta sus ciclos de sueño; desde hace años el fenómeno de “no perderse nada” de lo que se pública en redes sociales ha causado trastornos del sueño en infantes y adolescentes, principalmente.
“En esta etapa de su vida los niños y jóvenes están muy receptivos a los cambios. Están aprendiendo a pensar de manera crítica y las redes pueden afectar esa etapa de su vida, también están reforzando su autoestima y comprendiendo quiénes son en la vida, sobre el mundo y cómo los juzgan las personas a su alrededor”, agregó.
El recibir likes y conseguir seguidores, continuó la expositora, es uno de los principales causantes de estrés en los jóvenes. El conseguir pocos likes por sus fotos, videos, opiniones y más, los llevan a tomar decisiones extremas sobre qué publicar en sus redes y crean contenido que pone en peligro su privacidad e integridad.
Todo lo que ellos publican pude “ser usado en su contra”, incluso robado para diversos propósitos, en general, poco lícitos.
Reglas y límites
Para evitar que los niños y adolescentes sean afectados por una adicción a las redes sociales, la educadora recomendó que se establezcan modelos sencillos de hábitos, educación, enseñanza y estilo de vida en casa. Que los padres se involucren en la vida de sus hijos que los conozcan y sepan qué hacen, qué consumen, qué les gusta, incluso, qué saben de todo lo que les rodea.
Estilos de vida que los padres a su vez podrían adoptar y que seguro mejorarían la interacción familiar. Una de las recomendaciones fue fomentar en ellos y sus hijos el “pensamiento catedral”, que es la capacidad de concebir y planificar proyectos con un horizonte más amplio, talvez de décadas o siglos por delante o pensamiento a largo plazo.
“Reconectarnos con los largos períodos temporales; uno de los problemas que hoy tenemos sobre nuestro pensamiento es siempre tener en cuenta el presente y no entender que todo lo que hacemos tiene injerencia en el futuro. Por lo tanto, se debe pensar como constructores de catedrales, que nunca se ve terminada nuestra obra y todo lo que hacemos hoy impactará en el futuro. Nuestros hijos impactarán en el futuro de todos: ¿cómo quieren que sus hijos lo hagan?”, preguntó.
Recomendó pensar en cortar lo que llamó la “tiranía del sólo pensar en el presente” y planear en ciclos de muchos años. Luego, especificó que al igual que el estudio, la diversión, el sueño y otras actividades, se deben establecer límites y reglas para los jóvenes y niños, ellos las necesitan en su vida.
“No importa que se quejen; el niño y joven requieren límites y reglas, éstas los ayudarán a llegar a un lugar en la vida, la carencia de ellas podría hacerlos perderse en el camino”, aclaró.
Por último, la Dra. Reyna Camarillo pidió a los asistentes a la conferencia virtual tener en cuenta que los miembros de una familia deben proteger la vida y salud de todos, esto inicia desde los padres dando el ejemplo con estilos de vida saludable en lo intelectual, lo espiritual, lo físico y lo alimenticio.