En el tema de los tatuajes ha existido un cambio favorable para la mayoría de las personas, ya que cada vez más son las chicas y chicos que tienen un poco de tinta en sus cuerpos, y lo mejor de todo es que en estos tiempos ya no son tan duramente juzgados como hace unos cuantos años atrás.

El principal problema con tener tatuajes es que ‘afectaba’ la imagen de la persona, ya que los hacía ver como si vinieran del bajo mundo, por lo general se les asociaba con hombres malos, de la cárcel, de mal aspecto y al que todo mundo temían, sin embargo, mucho depende del tipo de tatuaje, la cantidad de ellos y la zona donde son colocados.

Como consecuencia de esa mala imagen, la mayoría de las empresas juzgaban mal a esas personas y no los contrataban, ya que en este tema, el contexto juega un papel muy importante, pues hay lugares donde la tinta te añade mejor personalidad y son hasta necesarios, y en otros donde provoca un efecto indeseable.

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Lo primero que tienes que considerar al momento de hacerte un tatuaje es analizar el contexto, ya que en algunos sitios de trabajo es permitido, incluso mejora tu imagen, como puede ser un barbero, un barista, un atleta, etc. Sin embargo, hay otros contextos en los que pudiera afectarte, por ejemplo un contador, maestro, político etc.

Lo segundo que tienes que pensar es que hay dos zonas del cuerpo que son muy importantes a cuidar, la cara y las manos, ya que a través de ellas es donde damos toda la credibilidad; éstas zonas son muy delicadas sin importar que el contexto sea creativo, sencillamente haces con que las cosas se salgan de control y generes un aspecto un tanto abrumador.

Algo más para reflexionar, es que los tatuajes no necesariamente te definen como un delincuente, esa creencia ya pasó de moda, además, la corbata tampoco te hace decente, por lo tanto, puede haber personas tatuadas que sean muy buenas en su trabajo y que además sean honestas y bondadosas; y también pueden existir personas muy bien vestidas y coordinadas que no son lo que aparentan.

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Lo que si te debes de pensar más de dos veces es si realmente te quieres poner tatuajes o no, ya que una decisión por mero impulso puede hacer con que después te arrepientas, y si estás inseguro, entonces comienza por algo pequeño y en una zona escondida, poco a poco irás descubriendo si vale la pena ponerse más y de mayor tamaño, el estilo ya dependerá de ti.

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