El estrés es una respuesta fisiológica del organismo para afrontar una situación amenazante y se puede manifestar a través periodos de tristeza, irritabilidad, inestabilidad emocional y apatía, debilitando el sistema inmune y aumentando el riesgo de enfermedades físicas y mentales.
Para combatir el estrés, los especialistas en salud mental sugieren hacer ejercicios respiratorios de relajación para calmarnos cuando nos abrume una situación de estrés. De igual forma, hacer ejercicio físico es una de las mejores cosas que podemos realizar para liberarnos del estrés, ansiedad o depresión.
El ejercicio físico nos ayuda a relajarnos al liberar endorfinas, una de las hormonas de la felicidad, que producen una sensación de bienestar e incluso de euforia. Las endorfinas son producidas por la hipófisis y el hipotálamo durante un entrenamiento de fuerza, por consumir alimentos picantes o chocolate, cuando nos enamoramos y durante el orgasmo.
El ejercicio físico nos ayuda a dormir mejor y en consecuencia a sentirnos menos estresados. Un sueño continuo durante la noche repercute en los niveles de estrés y de ansiedad, mantenemos la concentración, estamos más descasados y relajados. La duración del sueño está asociada con determinadas enfermedades metabólicas como la obesidad y la diabetes tipo 2.
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Cuando experimentamos periodos de estrés o de ansiedad, el ejercicio físico contribuye a cambiar el foco de atención, concentrándonos en la actividad que estamos realizando. Es un momento para desconectarnos de las situaciones estresantes, ayuda a tener un mejor punto de vista, a concentrarnos en otra cosa que no sea aquella situación estresante.
Cuando hacemos ejercicio físico también liberamos irisina, una hormona con la capacidad de generar calor, activa el consumo de oxígeno, facilita el gasto de energía, participa en los mecanismos de control de peso y podría estar relacionada con los niveles bajos de estrés y de ansiedad; una razón más para comenzar a entrenar.
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Las personas que sufren estrés y ansiedad respiran mal; cuánto más estrés sienten, más agitadamente respiran y al hacer ejercicio físico, mejoran el aparato respiratorio. Cualquier actividad física nos obliga a respirar adecuadamente, mejorando la capacidad pulmonar y el control que tengamos de nuestra propia respiración, lo que favorece a estar relajados.
